■ Así la autoridad restableció el orden el 30 de julio de 1968
Gustavo Castillo García
A “la 1:05 horas con una basuca (sic), fue volada la puerta de la Preparatoria 3, conminando el Ejército a los estudiantes que se encuentran en el interior, para que salgan”, reportó la madrugada del 30 de julio un agente de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS) de la Secretaría de Gobernación.
Tras el bazukazo, “la huida de los estudiantes fue cortada por los granaderos y hubo decenas de detenidos”, informó el diario Excélsior. Mientras que El Universal, con mayor precisión, publicó que “la enfermería del plantel estaba tinta en sangre. Paredes, pisos, techo, mobiliario, puertas y ventanas, fueron mudos testigos de los sangrientos hechos que culminaron con la participación del instituto armado”.
Esta versión se completa con el testimonio de un estudiante de aquella preparatoria en ese tiempo, quien presenció los hechos y señaló, en días recientes a La Jornada, que “la noche del 29, ante el temor de que los granaderos o militares intentaran abrir la puerta por la fuerza, se colocaron algunos muebles contra el portón de San Ildefonso, y los jóvenes también se agolparon, como si fueran barricada, pensando que los soldados empujarían”.