La CIA y la guerra fría cultural

 http://www.oocities.org/ar/veaylea2002/petras/01-02ciaguerrafria.htm

James Petras

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Frances Stonor Saunders, Who Paid the Piper: The CIA and the Cultural Cold War [«Quién Pagó: La CIA y la Guerra Fría Cultural»] (Londres, Granta Books)

Este libro presenta un informe detallado de los medios por los que la CIA se infiltró e influenció en una amplia gama de organizaciones culturales, a través de los grupos que le servían de pantalla y mediante organizaciones filantrópicas amistosas como las Fundaciones Ford y Rockefeller. La autora, Frances Stonor Saunders, detalla cómo y por qué la CIA realizó congresos culturales, montó exposiciones y organizó conciertos. La CIA también publicó y tradujo a autores conocidos que seguían la línea de Washington, patrocinó el arte abstracto para contrarrestar el arte con algún contenido social y, subvencionó a periódicos, por todo el mundo, que criticaban el marxismo, el comunismo y las ideas políticas revolucionarias y absolvían, o ignoraban, la política imperialista violenta y destructiva de los EE.UU. Para servir estas políticas, la CIA pudo reclutar a algunos de los exponentes occidentales más estentóreos de la libertad intelectual, llegando hasta a tener a algunos intelectuales directamente en la nómina de la CIA. Muchos se involucraron conscientemente en los «proyectos» de la CIA, y otros entraban y salían de su órbita, pretendiendo ignorar la conexión con la CIA después de que sus patrocinadores de la CIA fueron desenmascarados a fines de los años 60 y de la guerra de Vietnam, después de que la marea política derivara hacia la izquierda.

Las publicaciones anticomunistas estadounidenses y europeas que recibían fondos directa o indirectamente incluían a Partisan Review, Kenyon Review, New Leader, Encounter y muchas otras. Entre los intelectuales que fueron financiados y ascendidos por la CIA se encontraban Irving Kristol, Melvian Lasky, Isaiah Berlin, Stephen Spender, Sydney Hook, Daniel Bell, Dwight MacDonald, Robert Lowell, Hannah Arendt, Mary McCarthy, y muchos otros en los Estados Unidos y Europa. En Europa, la CIA estuvo particularmente interesada en la «Izquierda Democrática» y la promovía así como a exizquierdistas, comprendiendo a Ignacio Silone, Stephen Spender, Arthur Koestler, Raymond Arond, Anthony Crosland, Michael Josselson y George Orwell.

Aguijoneada por Sydney Hook y Melvin Lasky, la CIA jugó un papel decisivo en la financiación del Congreso por la Libertad de la Cultura, una especie de OTAN cultural que agrupó a toda clase de izquierdistas y derechistas «antiestalinistas». Tenían plena libertad para defender los valores culturales y políticos occidentales, atacar al «totalitarismo estalinista» y andaban con mucho cuidado cuando se trataba del racismo o el imperialismo de los EE.UU. Ocasionalmente, los periódicos subvencionados por la CIA publicaban una opinión marginalmente crítica de la cultura de masas estadounidense.

Lo que fue particularmente extraño respecto a esta colección de intelectuales financiados por la CIA fue no sólo su parcialidad política, sino su pretensión de que eran desinteresados buscadores de la verdad, humanistas iconoclastas, intelectuales librepensadores o creadores del arte por el arte, que se interponían contra los corruptos «escritorzuelos comprometidos» amansados por el aparato estalinista.

Es imposible creer sus aseveraciones de ignorancia de los lazos con la CIA. ¿Cómo podían ignorar la ausencia en las publicaciones de toda crítica básica a los numerosos linchamientos en todo el sur de los Estados Unidos durante todo ese período? ¿Cómo podían ignorar la ausencia, durante sus congresos culturales, de críticas contra la intervención imperialista de los Estados Unidos en Guatemala, Irán, Grecia y Corea que produjeron millones de muertes? ¿Cómo podían ignorar las burdas excusas en las publicaciones en las que escribían por todo crimen imperialista en su época? Todos Fueron soldados: algunos charlatanes, vitriólicos, groseros y polémicos, como Hook y Lasky; otros elegantes ensayistas como Stephen Spender o informadores farisaicos como George Orwell. Saunders retrata a la elite de distinguidos universitarios WASP

( White Anglo Saxon Protestant [persona de la clase privilegiada de los EE.UU., blanca, anglosajona y protestante, N.d.T.]) de la CIA que movía los hilos y a los vitriólicos exizquierdistas judíos que increpaban a los disidentes izquierdistas. Cuando la verdad salió a la luz a fines de los años 60 y los «intelectuales» de Nueva York, París y Londres fingieron su indignación por haber sido utilizados, la CIA contraatacó. Tom Braden, que dirigía la división de Organizaciones Internacionales de la CIA, los desenmascaró al detallar cómo todos debían haber sabido quién pagaba sus sueldos y estipendios (397-404.)

De acuerdo con Braden, la CIA financió a su «burbuja literaria,» como el partidario de la línea dura de la CIA Cord Meyer llamaba a los ejercicios intelectuales antiestalinistas de Hook, Kristol, y Lasky. Refiriéndose a las publicaciones más prestigiosas y mejor conocidas de la supuesta «Izquierda Democrática» (Encounter, New Leader, Partisan Review), Braden escribió que el dinero que recibían provenía de la CIA y que «un agente se convirtió en director de Encounter» (398.) Al llegar el año 1953, dice Braden, «estábamos operando o influenciando en organizaciones internacionales en todos los terrenos» (398.)

El libro de Saunders suministra información útil sobre varios aspectos importantes respecto a los métodos utilizados por los agentes intelectuales de la CIA para defender los intereses imperialistas en los frentes culturales. También inicia una importante discusión de las consecuencias a largo plazo de las posiciones ideológicas y artísticas defendidas por los intelectuales de la CIA.

Saunder refuta las afirmaciones (hechas por Hook, Kristol y Lasky) de que la CIA y sus fundaciones amigas daban ayuda sin condiciones. Demuestra que «se esperaba que los individuos y las instituciones subvencionadas por la CIA actuaran como parte… de una guerra de propaganda.» La propaganda más efectiva era definida por la CIA como aquella en la que «el sujeto se mueve en la dirección que uno desea por razones que cree son propias.» Aunque la CIA permitía que sus activos en la «Izquierda Democrática» chacharearan de vez en cuando sobre la reforma social, lo que les interesaba en primer lugar, financiaban más generosamente y fomentaban con la mayor prominencia era la polémica «antiestalinista» y las diatribas literarias contra los marxistas occidentales y los escritores y artistas soviéticos. Braden llama esto la «convergencia» entre la CIA y la «Izquierda Democrática» europea en la lucha contra el comunismo. La colaboración entre la «Izquierda Democrática» y la CIA incluía el rompimiento de huelgas en Francia, la delación de estalinistas (Orwell y Hook) y campañas encubiertas de calumnias para impedir que artistas izquierdas recibieran reconocimiento (incluyendo la propuesta de otorgar el Premio Nobel a Pablo Neruda en 1964 [351.)

La CIA, como el brazo del gobierno de los EE.UU. más preocupado por pelear la Guerra Fría cultural, se concentró en Europa en el período inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Habiendo sufrido casi dos décadas de guerra capitalista, depresión y ocupación de posguerra, la inmensa mayoría de los intelectuales y sindicalistas europeos eran anticapitalistas y especialmente críticos con pretensiones hegemónicas de los Estados Unidos. Para contrarrestar el atractivo del comunismo y el crecimiento de los partidos comunistas europeos (especialmente en Francia e Italia), la CIA elaboró un programa a dos niveles. Por un lado, como señala Saunders, se promocionaba a ciertos autores europeos como parte de un explícito «programa anticomunista.» Los criterios de los comisarios culturales de la CIA para decidir sobre los «textos adecuados» incluían «toda crítica a política exterior soviética y al comunismo como forma de gobierno que consideremos objetiva (sic), convincentemente escrita y oportuna.» La CIA tenía sumo interés en publicar a excomunistas desilusionados como Silone, Koestler y Gide. La CIA promocionaba escritores anticomunistas financiando fastuosas conferencias en París, Berlín y Bellagio (con vistas al Lago Como), donde científicos sociales y filósofos objetivos como Isaiah Berlin, Daniel Bell y Czeslow Milosz predicaban sus valores (y las virtudes de la libertad y la independencia intelectual occidentales, con los parámetros anticomunistas y pro-Washington definidos por sus benefactores de la CIA)- Ninguno de estos prestigiosos intelectuales se atrevió a presentar alguna duda o pregunta sobre el apoyo estadounidense a las matanzas masivas en la Indochina colonial y Argelia, la caza de brujas de intelectuales estadounidenses o los linchamientos paramilitares (Ku Klux Klan) en el sur de los Estados Unidos.

Preocupaciones tan banales significarían «hacer el juego de los comunistas,» de acuerdo con Sydney Hook, Melvin Lasky y la gente de Partisan Review, que buscaban ansiosamente fondos para su operación literaria prácticamente en quiebra. Muchos de los supuestamente prestigiosos periódicos literarios y políticos anticomunistas hubieran desaparecido rápidamente si no fuera por los subsidios de la CIA que compraba miles de copias para luego distribuirlos gratuitamente.

La segunda pista cultural en la cual operaba la CIA era mucho más sutil. Promocionaba orquestas sinfónicas, exposiciones de arte, ballet, grupos de teatro y conocidos intérpretes de jazz y ópera con el objetivo explícito de neutralizar el sentimiento antiimperialista en Europa y generar el aprecio por la cultura y el gobierno de los EE.UU. La idea detrás de esta política era exhibir la cultura de los EE.UU., para conquistar la hegemonía cultural y así apuntalar su imperio económico-militar. A la CIA le gustaba especialmente enviar artistas de color a Europa –sobre todo cantantes (como Marion Anderson), escritores, y músicos (como Louis Armstrong)- para neutralizar la hostilidad europea hacia las políticas interiores racistas de Washington. Si no se circunscribían al guión artístico estadounidense y se aventuraban a hacer críticas explícitas, se les borraba de la lista, como sucedió con el escritor Richard Wright.

El grado del control político de la CIA sobre la agenda intelectual de estas actividades artísticas aparentemente apolíticas fue demostrado claramente por la reacción de los editores de Encounter (Lasky y Kristol, entre otros) frente a un artículo publicado por Dwight MacDonald. MacDonald, un intelectual anarquista inconformista, fue durante mucho tiempo colaborador del Congreso por la Libertad de la Cultura dirigido por la CIA y Encounter. En 1958 escribió un artículo para Encounter con el título de «América América,» en el que expresó su repugnancia frente a la cultura de masas estadounidense, su materialismo vulgar y su falta de civismo. Fue un rechazo de los valores estadounidenses que constituían el principal material de propaganda en la guerra cultural de la CIA y de Encounter contra el comunismo. El ataque de MacDonald contra «el decadente imperio estadounidense» fue demasiado para la CIA y sus agentes intelectuales en Encounter. Como indicara Braden, en sus pautas para los intelectuales, «que no debiera exigirse a las organizaciones que perciben fondos de la CIA que deban apoyar todos los aspectos de la política de los EE.UU.» pero invariablemente había un límite – sobre todo cuando se trataba de la política exterior de los EE.UU. (314.) A pesar de que MacDonald era un antiguo responsable de Encounter, el artículo fue rechazado. Las pretensiones santurronas de escritores de la Guerra Fría como Nicola Chiaromonte, que escribió en la segunda edición de Encounter, que «el deber que ningún intelectual puede evadir sin degradarse es denunciar las ficciones y negarse a llamar «verdades,» a las «mentiras útiles,» no se aplicaban por cierto a Encounter y a su distinguida lista de colaboradores cuando era cosa de mencionar las «mentiras útiles» del Occidente.

Una de las discusiones más importantes y fascinantes del libro de Saunders es sobre el hecho de que la CIA y sus aliados en el Museo de Arte Moderno (MOMA – [sigla en inglés, N.d.T.]) invirtieron vastas sumas de dinero en la promoción de la pintura abstracta expresionista (PAE) y los pintores correspondientes como un antídoto contra el arte con un contenido social. Al fomentar la PAE, la CIA rechazó a los derechistas del Congreso (de los EE.UU., N.d.T.) Lo que la CIA veía en la pintura abstracta expresionista era una «ideología anticomunista, la ideología de la libertad, de la libre empresa. Al ser no-figurativa y políticamente silenciosa era la verdadera antítesis del realismo socialista» (254.) Veían la PAE como la verdadera expresión de la voluntad nacional. Para soslayar las críticas de derecha, la CIA se tornó hacia el sector privado (especialmente el MOMA y su co-fundador Nelson Rockefeller, quien se refirió a la PAE como «la pintura de la libre empresa».) Muchos directores del MOMA tuvieron lazos que venían de largo con la CIA y estaban más que dispuestos a ayudar a promover a la PAE como un arma en la Guerra Fría cultural. Exposiciones fuertemente subvencionadas de PAE fueron organizadas por toda Europa, se movilizó a los críticos de arte, y las revistas de arte produjeron como salchichas artículos plenos de elogios muníficos. Los recursos económicos combinados del MOMA y de la Fundación Fairfield dirigida por la CIA aseguraron la colaboración de las galerías más prestigiosas de Europa las que, por su parte, pudieron influenciar la estética en toda Europa.

La PAE como ideología del «arte libre» (George Kennan, 272) fue utilizada para atacar a los artistas políticamente comprometidos en Europa. El Congreso por la Libertad de la Cultura, (el frente de la CIA) puso todo su peso detrás de la pintura abstracta contra la estética figurativa o realista, en un acto político explícito. Comentando el papel político de la PAE, Saunders señala: «Una de las características extraordinarias del papel que la pintura estadounidense jugó en la Guerra Fría cultural no es el hecho de que se hizo parte de la empresa, sino que un movimiento que se declaraba tan deliberadamente como apolítico, se haya hecho tan intensamente politizado» (275.) La CIA asoció a artistas y al arte apolítico con la libertad. Esto estaba orientado hacia la neutralización de los artistas de la izquierda europea. La ironía, desde luego, era que la apariencia apolítica existía sólo para el consumo por la izquierda.

De todas maneras, la CIA y sus organizaciones culturales pudieron modelar profundamente el escenario del arte de la posguerra. Muchos prestigiosos escritores, poetas, artistas y músicos proclamaron su independencia de la política y declararon su creencia en el arte por el arte. El dogma del artista o del intelectual libre, como alguien desconectado del compromiso político, ganó en ascendencia y domina hasta nuestros días.

Aunque Saunders ha presentado un cuadro magníficamente detallado de los lazos entre la CIA y los intelectuales y artistas occidentales, deja sin explorar las razones estructurales para la necesidad que tuvo la CIA de imponer el engaño y el control sobre la disidencia. Su discusión se centra en su mayor parte en el contexto de la competencia política y el conflicto con el comunismo soviético. No hay un intento serio de ubicar la Guerra Fría cultural de la CIA en el contexto de la lucha de clases, de las revoluciones indígenas del tercer mundo y de los desafíos marxistas independientes contra la dominación económica imperialista de los EE.UU. Esto lleva a Saunders a elogiar selectivamente a algunas empresas de la CIA a costa de otras, a algunos agentes sobre otros. En lugar de ver la guerra cultural de la CIA como parte de un sistema imperialista, Saunders tiende a criticar su naturaleza engañosa y claramente reactiva. La conquista cultural de Europa del Este y de la antigua URSS por los EE.UU. y la OTAN debiera disipar rápidamente cualquier noción de que la guerra cultural haya sido una acción defensiva.

Los orígenes mismos de la Guerra Fría cultural están arraigados en la lucha de clases. Desde el comienzo, la CIA y sus agentes de la AFL-CIO (Federación Americana del Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales, N.d.T.) de los EE.UU. Irving Brown y Jay Lovestone (excomunistas) gastaron millones de dólares en la subversión de sindicatos militantes y en el rompimiento de huelgas a través del financiamiento de sindicatos socialdemócratas (94). El Congreso por la Libertad de la Cultura y sus intelectuales progresistas estaban financiados por los mismos agentes de la CIA que contrataron a los gángsteres de Marsella para romper la huelga de los estibadores en 1948.

Después de la Segunda Guerra Mundial, con el descrédito en Europa Occidental de la antigua derecha (comprometida por sus relaciones con los fascistas y un sistema capitalista débil), la CIA comprendió que, para demoler a los sindicatos y a los intelectuales opuestos a la OTAN, debía encontrar (o inventar) una Izquierda Democrática para entablar combate en la guerra ideológica. Se estableció un sector especial de la CIA para esquivar las objeciones de los parlamentarios de derecha. La Izquierda Democrática fue utilizada esencialmente para combatir a la izquierda radical y para dar un brillo ideológico a la hegemonía estadounidense en Europa. En ningún momento se permitió que los pugilistas ideológicos de la izquierda democrática forjaran las políticas y los intereses estratégicos de los Estados Unidos. Su papel no era hacer preguntas o presentar exigencias, sino que servir al Imperio en nombre de «los valores democráticos occidentales.» Sólo cuando en los EE.UU. y en Europa apareció una oposición masiva a la Guerra de Vietnam, y quedaron al descubierto las coberturas de la CIA, muchos de los intelectuales promocionados y financiados por la CIA desertaron y comenzaron a criticar la política externa de los EE.UU. Por ejemplo, después de pasar la mayor parte de su carrera en la nómina de la CIA, Stephen Spender se convirtió en un crítico de la política de Vietnam de los EE.UU., como lo hicieron algunos de los colaboradores de Partisan Review. Todos alegaron ser inocentes, pero pocos críticos creyeron que un romance tan largo y tan profundo, con tantas publicaciones y tantos viajecitos pagados a congresos, podría transcurrir sin que se enteraran de algo.

La participación de la CIA en la vida cultural de los Estados Unidos, Europa y otras regiones ha tenido consecuencias importantes a largo plazo. Muchos intelectuales fueron recompensados con prestigio, reconocimiento público y fondos de investigación, precisamente por operar dentro de las anteojeras ideológicas fijadas por la Agencia. Algunos de los nombres más importantes en la filosofía, la ética política, la sociología y el arte, que se hicieron conocidos en las conferencias y las publicaciones financiadas por la CIA, continuaron estableciendo las normas y los estándares para la promoción de la nueva generación, basándose en los parámetros establecidos por la CIA. No fue el mérito ni la capacidad, sino la política –la línea de Washington- lo que definió la «verdad» y la «excelencia» y las cátedras futuras en prestigiosos establecimientos académicos, fundaciones y museos.

Las eyaculaciones retóricas antiestalinistas de los EE.UU. y de la Izquierda Democrática europea y sus proclamaciones de fe en los valores democráticos y la libertad, fueron una cobertura ideológica útil para los abyectos crímenes del Occidente. Una vez más, en la reciente guerra de la OTAN contra Yugoslavia, muchos intelectuales de la Izquierda Democrática se han alineado con el Occidente y el ELK (KLA – sigla en inglés, Ejército de Liberación de Kosovo, N.d.T.) en su sangrienta purga de decenas de miles de serbios y el asesinato de numerosos civiles inocentes. Si el antiestalinismo fue el opio de la Izquierda Democrática durante la Guerra Fría, el intervencionismo por los derechos humanos tiene el mismo efecto narcotizante en la actualidad, y engaña a los izquierdistas democráticos contemporáneos.

Las campañas culturales de la CIA crearon el prototipo para los intelectuales, académicos y artistas aparentemente apolíticos de la actualidad, divorciados de las luchas populares y cuyo valor aumenta proporcionalmente en relación con la distancia que mantienen de las clases trabajadoras y con su proximidad a las prestigiosas fundaciones. El rol patrón de la CIA del profesional de éxito es el del guardián ideológico, excluyendo a los intelectuales críticos que escriben sobre la lucha de clases, la explotación clasista y el imperialismo estadounidense declamando que se trata de categorías «ideológicas,» no «objetivas.»

La singular, duradera y dañina influencia de la gente del Congreso por la Libertad de la Cultura de la CIA no fue su defensa específica de las políticas imperialistas de los EE.UU., sino su éxito en la imposición a generaciones sucesivas de intelectuales de la idea de que se excluya cualquier discusión prolongada del imperialismo de los EE.UU. de los medios culturales y políticos influyentes. El problema no es que los intelectuales o artistas de la actualidad puedan o no tomar una posición progresista sobre uno u otro tema. El problema es la creencia dominante entre los escritores y artistas de que las expresiones sociales y políticas antiimperialistas no debieran aparecer en su música, sus pinturas y en escritos serios, si quieren que su trabajo sea considerado de mérito artístico sustancial. La victoria política perdurable de la CIA fue que convenció a los intelectuales de que el compromiso político serio y duradero es incompatible con la seriedad del arte y la erudición. En la actualidad los valores de la Guerra Fría de la CIA son visibles y dominantes en la ópera, el teatro y las galerías de arte, así como en las reuniones profesionales de académicos: ¿Quién se atreve a desnudar al emperador?

Copyright «Monthly Review» , noviembre de 1999.

 

Origen: Monthly Review, Noviembre 1999
Traducido por Germán Leyens y revisado por Déborah Gil, febrero de 2001


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Intelectuales al servicio de la CIA

http://www.puntofinal.cl/566/intelectuales.htm

La guerra fría cultural

Una investigadora británica ha descrito cómo la CIA reclutó a intelectuales del “mundo libre” para su programa de control ideológico, aplicado apenas terminó la segunda guerra mundial. Las 600 páginas de La CIA y la guerra fría cultural(*), de Frances Stonor Saunders, recorren los millonarios esfuerzos de Estados Unidos por imponerse sobre la cultura y el arte del campo socialista.

Saunders caracteriza la guerra fría como la lucha por el control de las mentes entre los dos bloques políticos -socialismo versus capitalismo- que se confrontaron hasta fines de los 80. La eficacia del lavado de cerebro implementado por la CIA explicaría la sumisión europea de hoy a la política imperial de George W. Bush.

“…Y la verdad os hará libres (Juan 8:32)” reza en las paredes de la CIA en Langley, Virginia. Sin embargo, la agencia elevó el embuste a la categoría de ideario filosófico. Acuñó la doctrina de “la mentira necesaria”, puso los dólares y aportó la retórica sobre “libertad” y “cultura”.

Esta prédica libertaria inundó Europa y América Latina mientras Estados Unidos aún aplicaba el apartheid y experimentaba fármacos de “control mental” en pacientes siquiátricos. En esos años, el FBI llevó a la silla eléctrica a Ethel y Julius Rosenberg, en un juicio amañado mientras el macarthismo arruinaba la vida de miles de ciudadanos acusados de pro comunistas.

La CIA sostenía que la Unión Soviética perseguía a los artistas e intelectuales disidentes, justo cuando en EE.UU. ocurría lo mismo bajo el imperio de la delación y la caza de brujas. El pasado que abordó la escritora es prácticamente igual al presente. Sólo que ahora el “comunismo” tiene como sustituto al “terrorismo”.

El Congreso por la Libertad de la Cultura (CLC) fue el instrumento central de la operación ideológica de la CIA, constituido como una organización asentada en París con apoyo de los servicios de inteligencia francés y británico. Washington “pagó la música”… sin fijarse en gastos. Entre crímenes y golpes de Estado, la CIA se dio tiempo para funcionar también como ministerio de la Cultura.

 

SARTRE NO SE CONTAGIO

 

La revista Encounter -Encuentro- fue el “acorazado insignia” de esta operación. O más bien el transatlántico de lujo del Congreso norteamericano, porque pagó viajes, hoteles, becas, artículos, ediciones, conciertos y exposiciones. Pocos artistas e intelectuales se resistieron a aparecer en las 50 revistas “culturales” de la CIA y el CLC, a publicar sus libros en grandes tiradas, a que sus piezas musicales fueran ejecutadas por la Sinfónica de Boston o que sus obras fueran mostradas en exposiciones itinerantes del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

La CIA embaucó o utilizó a sabiendas a la intelectualidad europea y latinoamericana durante más de dos décadas. Cuando The New York Times destapó la olla, en mayo de 1967, todos dijeron “yo no sabía”. Encounter se hundió ese mismo año, lentamente, como el Titanic, pero… en 1996 fue reflotada en España como Encuentro.

Excepto Jean Paul Sartre, Albert Camus y otros pocos, la Europa pensante cayó en las redes de la fachada cultural de la CIA, urdida por el agente Michael Josselson. La intelectualidad se mostró dispuesta a ingerir el discurso de “libertad cultural” y a repeler todo lo que oliera a Unión Soviética.

Desde el filósofo pacifista británico Bertrand Russell al ideólogo demócrata cristiano Jacques Maritain, las mentes más brillantes del Viejo Mundo se pusieron al servicio de Estados Unidos. La cruzada cultural fue financiada con partidas secretas del Plan Marshall y dinero lavado por la CIA a través de una docena de fundaciones estadounidenses.

Bertrand Russell presidió la telaraña del CLC internacional. Dimitió cuatro veces, hasta que en 1956 se alejó para siempre. El centro en París tuvo también sucursales en otros países de Europa, América Latina y en India, además del American Committee for Cultural Freedom, que se disolvió en Nueva York en 1957, tras grandes pleitos internos entre “duros” y “blandos”.

El CLC acogió como directivos, participantes activos o simpatizantes a Igor Stravinsky, Benedetto Croce, T.S. Elliot, Karl Jaspers, André Malraux, Ignacio Silone, Jean Cocteau, Isaiah Berlin, Ezra Pound, Claude Debussy, Laurence Oliver, Salvador de Madariaga y muchos otros. El líder del CLC en Chile fue Jaime Castillo Velasco(1), ideólogo de la DC y valiente defensor de derechos humanos durante la dictadura.

Cuando el CLC se constituyó en Berlín, en 1950, la CIA pagó los gastos de 200 delegados y 4.000 asistentes recibidos por el alcalde Ernest Reuter, un ex comunista que conoció a Lenin. Entre otros acudieron Arthur Koestler, Arthur Schlesinger Jr. (después asesor de J.F. Kennedy), Sydney Hook (ex izquierdista radical), James T. Farrel, Tennessee Williams, el actor Robert Montgomery, David Lilienthal (jefe de la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos), Sol Levitas (editor de New Leader), George Schuyler (editor del Pittsburg Courier) y el periodista negro Max Yergan. La presencia de “gente de color” contrarrestaba las críticas europeas a la segregación racial.

También participaron los británicos Hugh Trevor-Roper (que resultó crítico y desde el principio sospechó la ingerencia de la CIA), Julian Amery, A.J. Ayer, Herbert Read, Harold Davis, Christopher Hollis, Peter de Mendelssohn. Desde Francia llegaron Malraux, Jules Romain, Raymond Aron, David Rousset, Rèmy Roure, Ander Phillip, Claude Mauriac y George Altman. De Italia, Ignacio Silone, Guido Piovene, Altiero Spinelli, Franco Lombardi, Muzzio Mazzochi y Bonaventura Tecchi.

En el festival Berliner Festwochen, convocado en 1964 por el alcalde de Berlín, Willy Brand, el CLC financió la participación de Günther Grass, Jorge Luis Borges, Langston Hughes, Roger Caillois, Woly Soyinka, Cleant Brooks, Robie Macauley, Robert Penn, Warren James Merrill, John Thompson, Ted Hughes, Herbert Read, Peter Russel, Stephen Spender, Pierre Emmanuel, Derek Walcott y muchos más, entre ellos Keith Botsford, encargado de la CIA-CLC para América Latina.

La Fundación Fairfield fue la principal tapadera de la CIA para encubrir los gastos. En el rubro “Viajes y estudios” hubo una multitud de beneficiarios, entre otros Mary McCarthy, el pintor chileno Víctor Sánchez Orgaz, el poeta Derek Walcott, Patricia Blake, Margerita Buber-Neumann, Lionel Trilling y Alfred Sherman, colaborador de The Spectator.

Los líderes del Comité Americano fueron Hook, Irving Kristol -después ferviente partidario de Reagan- y Sol Stein, un trío de ex izquierdistas. Entre los “blandos” figuraron Schlesinger, Koestler, Reinhold Niebuhr, Henry Luce, dueño de Time-Life, James T. Farrel, Richard Rovere, de The New Yorker, Norman Thomas, ex presidente del Partido Socialista y candidato a la Casa Blanca en seis ocasiones, y Phillip Rahv, director de Partisan Review.

El CLC prefirió a intelectuales de Izquierda no comunistas o, al menos, a anticomunistas moderados tipo Bertrand Russell. Pero en Nueva York se impusieron los “duros”, como Lionel y Diana Trilling, y la conexión sionista de Jason Epstein, James Burnham, Arnold Beichmann, Peter Viereck, Clement Greenberg, Elliot Cohen, director de Commentary, y los izquierdistas Mark Rothko y Adolph Gottlieb.

Pocos escritores y artistas de Estados Unidos desoyeron los llamados del CLC, entre otros Arthur Miller, Norman Mailer, Erskine Caldwell, Upton Sinclair, Howard Fast, Ben Shahn, Ad Reinhart, Paul Robeson, George Padmore y John Steinbeck, quien después sucumbió, al final de su vida, apoyando la guerra en Vietnam.

 

LA CIA PAGO LA MUSICA

 

Estados Unidos estimó que la música calaba la mente y la sensibilidad europeas más rápido que otras artes. Por eso, el lavado de cerebro comenzó con grandes conciertos, organizados por el agente Nicolás Nabokov, un mediocre y frustrado compositor ruso -primo del autor de Lolita-, quien organizó conciertos y festivales reclutando músicos alemanes, sin asco por su pasado nazi. Bien pagados, actuaron la Sinfónica de Boston y la soprano negra Leontine Pryce. Yehudi Menuhin, su maestro rumano Georges Enesco y los ex nazis Herbert Von Karajan y Wilhelm Furtwängler que recibieron becas y dinero.

Desde su primer festival musical de 1951, Nabokov consiguió obras o actuaciones de Igor Stravinsky, Aaron Copland, Samuel Barber, del New York City Ballet, la Boston Simphony Orchestra, James T. Farell, W.H. Auden, Gertrude Stein, Virgil Thompson, Allen Tate, Glenway Westcott, la participación del Museo de Arte Moderno de Nueva York y de muchos otros.

Tampoco negaron su colaboración Cocteau, Malraux, De Madariaga, Oliver, William Walton, Benjamin Britten, la Opera de Viena, la Opera del Covent Garden, la Trouppe Balanchine, Czeslaw Milosz, Ignacio Silone, Denis de Rougemont y Guido Piovene.

El elenco de setenta artistas negros de la ópera Porgy and Bess hizo presentaciones por casi diez años. También actuaron Dizzy Gillespie, Marian Anderson, William Walfield, y multitud de artistas seleccionados por un comité secreto de presentaciones culturales coordinado con el Departamento de Estado.

 

PROMOCION DEL LIBRO

Y LA LECTURA

 

La CIA no descuidó los libros. Publicó millones de ejemplares además de lanzar tras “la cortina de hierro” miles de biblias. “Los libros son diferentes a todos los demás medios de propaganda -escribió uno de los jefes del Equipo de Acciones Encubiertas de la CIA-, fundamentalmente porque un solo libro puede cambiar de manera significativa las ideas y la actitud del lector hasta un grado que no se puede comparar con el efecto de los demás medios, (por lo que) la publicación de libros es el arma de propaganda estratégica (de largo alcance) más importante”.(2)

“Hacer que se publiquen o distribuyan libros en el extranjero sin que aparezca la influencia de Estados Unidos, subvencionando de forma encubierta a las publicaciones extranjeras o a los libreros” fue un objetivo de la CIA. “Hacer que se publiquen libros que no estén ‘contaminados’ por ninguna vinculación pública con el gobierno de los Estados Unidos, especialmente si la situación del autor es ‘delicada’”.(3)

Cuatro cuartetos, de T.S. Elliot, fue arrojado como arroz sobre los países socialistas, mientras La tierra baldía se reproducía una y otra vez. Hubo versiones cinematográficas de los libros de George Orwell y se reprodujo Regreso de la URSS: el cero y el infinito, de André Gide y El libro blanco de la revolución húngara, de Melvin Lasky, un ex marxista que merodeó en el Cominform, la contraparte soviética del CLC. A fin de cuentas, la CIA no hizo más que responder a lo que hacían los soviéticos.

También se publicaron títulos de Herbert Lüthy, Patricia Blake, Max Hayward, Leopoldo Labedz, Bertrand de Jouvenel, Nicolo Tucci, Luigi Berzini, Boris Pasternak, Nicolás Maquiavelo, André Gide, Louis Fischer, Richard Wright, y… Anton Chéjov, traducido y publicado por la Chekhov Publishing Co., editorial subsidiada en secreto. La CIA también publicó a agentes de sus propias filas, como John Hunt, James Michener y William Buckley, a quien la agencia encomendó “que ayudase a otro intelectual, el marxista peruano Eudocio Ravines, a terminar su influyente libro El camino de Yenán(4). El esfuerzo editorial CIA-CLC reprodujo también La nueva clase, de Milovan Djilas, un estudio sobre la nomenklatura, y otros textos “significativos” editados por Frederick A. Prager Inc. Los “intelectuales propios”, en tanto, publicaban artículos en todos los medios influidos o controlados por la CIA.

 

COMPAÑEROS DE VIAJE

 

La CIA llamaba “compañeros de viaje” a los amigos de los comunistas, pero también reclutó los suyos para el CLC, de preferencia intelectuales progresistas bien vacunados contra el virus del comunismo. William Donovan, uno de los fundadores de la CIA, se hizo amigo en Europa de Antoine de Saint-Exúpery y de Ernest Hemingway. Hemingway, sin embargo, jamás se interesó en el CLC y terminó siendo espiado por el FBI durante 25 años, hasta su muerte en 1961. Edgard J.Hoover supo cuando el Nobel se internó con nombre falso en una clínica de Minnesota para tratarse una depresión que lo condujo al suicidio.

Notorias compañeras de viaje del CLC-CIA fueron Hanna Arendt, ex pareja del filósofo alemán Martin Heidegger -quien no se llevó mal con los nazis-, y su íntima amiga, Mary McCarthy.

También se involucraron, participaron y/o beneficiaron otros notables como Alberto Moravia, quien asistió a un evento “cultural” armado por Nabokov en 1960 en la isla veneciana San Giorgio, junto con John Dos Passos, Julian Huxley, Mircea Eliade, Thornton Wilder, Guido Piovene, Herbert Read, Lionel Trilling, Robert Pen Warren, Stephen Spender, Isak Dinesen, Naum Gabo, Martha Graham, Robert Lowell, Robert Richman, Franco Venturi, Iris Murdoch, Daniel Bell, Armand Gaspard, Anthony Hartley, Richard Hoggart y el indio Jaya Praksash Narayan, entre muchos otros.

La Fundación Ford fue la más relevante lavadora de dinero para actividades “culturales”, aunque la CIA también levantó tapaderas propias y seguras como la Fundación Farfield, cuyo “palo blanco” fue “Junkie” Fleischmann, folclórico millonario que terminó creyéndose “mecenas” a costa del dinero ajeno.

Además se usaron las fundaciones y/o fondos Andrew Hamilton, Bacon, Beacon, Borden Trust, Carnegie, Colt, Chase Manhattan, Edsel, Florence, Gotham, Hobby, Hoblitzelle, Kentfield, Josephine and Winfield Baird, J.M. Kaplan, Lucious N. Littauer, M.D. Anderson, Michigan, Rockefeller, Ronthelyn Charibable Trust, Shelter Rock, Price, etc.

El dinero circuló por una maraña de sociedades culturales en cuyos consejos se repetían los nombres de directores de fondos, fundaciones, bancos y hasta agentes de la CIA. La agencia adquirió maestría en evadir impuestos por sus “donaciones” encubiertas y dificultó las investigaciones que en los 60 haría el congresista Wright Patman y en los 80, el senador Frank Church.

 

LAS REVISTAS

 

Las revistas financiadas por el CLC-CIA dieron trabajo a una multitud de colaboradores mediocres y desconocidos. El plan era “poner a navegar en primera clase a figuras de segunda”, en compañía de intelectuales relevantes que sabían o no para quién trabajaban. La agencia de noticias Forum World Features y las radios Europa Libre y Liberty emplearon una multitud de periodistas e intelectuales.

La primera revista fue Der Monat, fundada en Berlín en 1949, como un “puente ideológico” con los escritores europeos, dirigida por Lasky, del trío que forjó estas redes (con Nabokov y Joselsson). Encounter llegó a ser la más importante, también dirigida por Lasky, gran censurador de los artículos críticos a Estados Unidos de autores que de verdad creyeron estar haciendo “periodismo libre de opinión”. Preuves se fundó en París en 1951, como antagonista de Les Temps Modernes de Sartre y Simone de Beauvoir. Paris Review apareció en 1953, animada por George Plimpton y el agente de la CIA Peter Matthiessen: allí trabajó Frances Fitzgerald, hija del jefe de la CIA encargado de planificar el asesinato de Fidel Castro.

En Italia aparecieron Libertà della Cultura y Tiempo Presente (1956), animadas por Silone y Nicola Chiaromonte como desafío a Nuovi Argumenti (1954), de Alberto Moravia. Nuova Italia, dirigida por Michael Goodwin, soló recibió subsidios. Otro grupo, en el que también estuvo Silone, animó en Londres Censorship (1964-67), que en 1972 reapareció como Index on Censorship, financiada esta vez por la Fundación Ford.

El periódico izquierdista francés Franc-Tireur recibió subsidios del CLC cuando lo dirigía George Altman, al igual que el Figaro Littéraire. En lengua árabe apareció Hiwar, en 1962. Transition, en Uganda, 1968; Quadrant, en Australia -todavía existe-; Quest en la India, 1955; y Jiyu, en Japón. Hubo otras que integraron la vasta madeja, como Forum, National Review, Science and Freedom y Soviet Survey.

En Estados Unidos hubo publicaciones propias y otras subsidiadas mediante compra de ejemplares que la CIA-CLC distribuían en Europa y el resto del mundo: Partizan Review, Daedalus, Hudson, Kenyon, Poetry, Sewanee y The Journal of the History of Ideas. La CIA aportaba las plumas de Kostler, Chiaromonte, Mary McCarthy, Alfred Kazin y otros, por cuenta del American Committee. New Leader, a cargo de Levitas, recibía subsidios de Times Inc. a cambio de “información sobre tácticas y personalidades del comunismo en todo el mundo”.

 

LIBRO CON FINAL ABIERTO

 

Cuadernos fue lanzada en París en 1953 para penetrar el mundo intelectual de América Latina. Su primer director fue Julián Gorkin, dramaturgo y novelista hispano, co-fundador, en 1921, del Partido Comunista de Valencia, España, y ex activista del Cominform. Después que Cuba popularizó la revista Casa de las Américas, Cuadernos se transformó en los 60 en Mundo Nuevo5, bajo la conducción del uruguayo Emir Rodríguez Monegal. Los grandes de la literatura regional, como el argentino Julio Cortázar, rehusaron publicar en sus páginas.

Ya no existe el CLC, pero la CIA no ha abandonado su misión. En 1996 lanzó en Madrid la revista Encuentro, dirigida por el cubano Jesús Díaz, con financiamiento de la Fundación Ford y del Fondo Nacional para la Democracia, “organización privada sin fines de lucro” creada en 1983 “para promover la democracia a través del mundo”. También financia en Venezuela a las organizaciones empresariales que conspiran contra el gobierno de Hugo Chávez.

“Siempre cabe la posibilidad de que un libro de ficción arroje alguna luz sobre las cosas que antes fueron contadas como hechos”, escribió Hemingway, en el prólogo de París era una fiesta. Saunders hizo lo contrario: relató hechos verídicos para desmontar una ficción que también atañe al presente. Una vez más, la realidad es superior a la ficción. Como el juego sucio no ha terminado, la historia tiene abierto el final.

El hispano Javier Ortiz se formuló una pregunta inevitable: “¿Qué profesionales españoles de la comunicación serán los que trabajan para la CIA? No me refiero a gente que lo esté haciendo sin conciencia de ello -que de ésos puede haber toneladas-, sino a los que lo hacen a sabiendas, porque están en nómina”. Las dudas de Ortiz son válidas en todo el planeta y para todas las profesiones vinculadas a la cultura

 

ERNESTO CARMONA

 

Notas

*) Publicado por la Editorial de Ciencias Sociales de Cuba, con prólogo de Ricardo Alarcón de Quesada y traducción de Rafael Fonte. Who paid the piper? The CIA and the cultural cold war (¿Quién pagó la música? La CIA y la guerra fría cultural) apareció por primera vez en inglés en 1999, edición de Granta Books, Londres.

1) Castillo se desvinculó cuando supo que el CLC era una pantalla de la CIA.

2) Página 341, Chief of Cover Action Staff, CIA, citado en Final Report of the Church Committee, 1976.

3) Ibid.

4) Eudocio Ravines llegó a Chile como agente de la Tercera Internacional a “supevisar” el Frente Popular, a fines de los 30. El camino de Yenán describe su traición al Partido Comunista.

5) Saunders no abordó América Latina en su libro, sin embargo, sobre el CLC en la región ver Mundo Nuevo, cultura y guerra fría en la década del 60, de María Eugenia Mudrovcic -profesora de la Universidad de Michigan-, Beatriz Viterbo Editora, Rosario, Argentina, 1997.

 

 

(Revista “Punto Final”, edición N^566, 30 de abril, 2004)

Reseña del libro editado por el Movimiento de Solidaridad Nuestra América «La izquierda en Nuestra América. ¿Avance o retroceso?»

Gilberto López y Rivas

Rebelión

 

Este es un libro colectivo en su producción y en sus reflexiones, producto de la necesidad de responder interrogantes de quienes consideraron necesario hacer un balance en torno a la izquierda en América Latina, Nuestra América. Por ello, el formato de entrevista con que se inició y que por las razones que explican los editores, se cambio al ensayo en algunos de sus capítulos. En todo caso, el resultado es un texto en el que es posible encontrar la extraordinaria variedad de planteamientos, problematizaciones, preocupaciones, diagnósticos y posiciones definitorias de la izquierda.

Pese a la heterogenia perspectiva de quienes externamos nuestras ideas, hay algunas coincidencias. Una es la crítica –mayor o tangencial- a la experiencia, resultados e impactos del socialismo real. Aquí la diferencia radica en que tanto damos importancia a estas críticas, que tienen mucho que ver con factores generacionales. Otra coincidencia es la defensa de Cuba y su revolución, como un proceso endógeno de alcances estratégicos en América Latina que permite, en parte, la existencia de gobiernos progresistas que con sus diferencias en sus procesos internos, intentan poner en práctica políticas contra hegemónicas en nuestro subcontinente a la de Estados Unidos. Otra de las coincidencias de quienes “reflexionamos” en el libro es el reconocimiento de sujetos sociopolíticos usualmente relegados, subsumidos o abiertamente excluidos de los proyectos revolucionarios: me refiero sobre todo a los pueblos indígenas.

No obstante, afloran también las diferencias –y de ahí el valor de la obra- en temas de especial actualidad para nuestro país en estos tiempos de mercadeo electoral, en el contexto de una guerra que alcanza ya más de cincuenta mil muertos, miles de desapariciones forzadas y desplazados internos y fuera del país. El debate entre la izquierda institucional, inscrita en el sistema de partidos de Estado, y quienes nos adscribimos a una izquierda social, es parte de la diversidad de opiniones. Derivado de ello, es el papel del Estado como instrumento de cambio revolucionario, anti sistémico, y las críticas al extractivismo que refiere a nuevas formas de articulación con el mercado y el sistema capitalista mundial en países como Brasil, Argentina o Ecuador, y las polémicas entre los movimientos indianistas y el gobierno de Evo en Bolivia, entre las razones de Estado y las razones del pachamamismo radical, entre etnia y Estado nación.

También, las diferencias en cuanto al sujeto mismo: izquierda o izquierdas, institucionales, armadas, sociales, gremiales, sectoriales, en el gobierno incluso en el Estado, en la oposición, en países de gobiernos progresistas y gobiernos con variedades de terrorismo de Estado como México y Colombia, etcétera.

Una temática constante es la presencia de Estados Unidos como fuerza coercitiva, injerencista, golpista y que en el debate de las izquierdas determina una posición y que va a la definición misma de imperialismo, término prácticamente desaparecido del lenguaje de la izquierda institucional.

Presente en el debate esta la cuestión ética versus el pragmatismo e incluso el abandono de todo principio que no sea la conservación del poder a toda costa o que no importan los medios para alcanzar los fines propuestos. Y no me refiero sólo a las izquierdas que participan en gobiernos; también tenemos luchas fratricidas al interior de organizaciones, por ejemplo, que piensan que sus presos políticos o sus desaparecidos son más importantes que otros. Resulta patético, en este sentido, que mientras el país vive en las peores condiciones de su historia de vida independiente o semindependiente, la clase política de izquierda institucional concentre sus energías en la lucha por los puestos de una alternancia tutelada por los poderes fácticos. Destaco aquí una frase de Tatiana Coll acerca de una “izquierda demócrata a secas, comprometida a fondo con una democracia meramente procedimental, dispuesta a todo por la curul.” De aquí mi observación en el libro acerca de que la idea de la revolución ha quedado abandonada y ha sido suplantada por el reformismo de alternancia, con partidos de una izquierda que se constituye en un aparato de Estado más.

En esta dirección, ofrezco mi propia definición de izquierda como la fuerza política que desarrolla poder popular, poder comunitario, participación horizontal de las masas populares, el “para todos todo, para nosotros nada” que enarbolan los zapatistas, pero que distinguió también a las izquierdas anti-fascistas que se sacrificaron en su lucha contra el régimen nazi, sin esperar ni recibir nada a cambio.

Considero muy importantes las ideas fuerza que inspiran los capítulos de nuestro libro: nuevamente en el caso de Tatiana, en su crítica a quienes critican en general las luchas armadas, “calificando la acción guerrillera como infantilismo de izquierda, desviación pequeño burguesa y militarismo excluyente, aún en los momentos más desgarradores de las luchas anti dictatoriales.”

Me parece muy sugerente el planteamiento de José Steinsleger en cuanto a “pensar con imaginación, sin narcisismos y oportunismo, telarañas filosóficas, coartadas ideológicas y subterfugios políticos”.

La oportuna acotación de Clemencia Correa para que un criterio fundamental para orientar la discusión sobre las izquierdas sea: “El comportamiento y correlación de fuerzas de la izquierda en relación al proyecto de derecha de cada país, y asimismo el proyecto de izquierda en relación a la estrategia del imperio en la lucha contrainsurgente.” También me parecen muy útiles para el caso mexicano, sus interrogantes acerca de ¿Cómo construir un proyecto de izquierda si se ha perdido la esperanza y la ideología está resquebrajada?, ¿Cuándo los efectos de las estrategias de terror han penetrado profundamente los tejidos de la dignidad y de la seguridad?

Carlos Fazio nos recuerda pertinentemente que “ser de izquierda significa asumir una escala de valores liberadores que destacaban la plena dignidad humana, la justicia, la igualdad, la solidaridad entre los hombres”. Asimismo, distingue a contracorriente de la vieja ortodoxia marxista leninista que en plena noche neoliberal…los nuevos sujetos nacen desde el sótano de nuestras sociedades divididas en clases, en el campesinado. Mayoritariamente, en el campesinado indígena.” Posición en la coincide José Miguel Candia cuando señala al EZLN como un caso paradigmático en el nuevo protagonismo social y en su identificación en torno a que “la construcción de estas nuevas identidades se gesta más desde el territorio que desde la producción.”

Manuel Aguilera de la Paz, embajador de Cuba en México, ofrece una muy alentadora confianza en la juventud cubana, culta, consciente políticamente y con la preparación necesaria para ser capaz de cambiar todo lo que haya que cambiar”.

Jorge Mansilla Torres, embajador de Bolivia en México, nos relata el paso de la república aparente, término introducido por René Zavaleta Mercad, al actual Estado Plurinacional de Bolivia y nos convoca a que “hoy la izquierda tiene que avanzar, salir de las formas de su ortodoxia tradicional, aunque parezca tautológico decirlo, ha que entender, hay que volver a leer, con la formación que uno tiene ser capaz de critica y autocrítica, asumirse en este nuevo tiempo.”

Patricia Vaca Narvaja, embajadora de Argentina en nuestro país, propone el término de movimientos nacionales y populares en lugar que el de izquierda, ya que afirma que éstos representan intereses y reivindicaciones más amplias que simplemente los partidos de izquierda.

Por último, Pablo González Casanova se pregunta: “¿Con quienes vamos a luchar, al lado y al amparo de quién queremos luchar? ¿Con quien contamos y queremos contar? Y a continuación hace una escalofriante y nítida descripción de los imperialistas, aliados y asociados que afirman defender la democracia y la libertad, mientras invaden, destrozan y saquean a nuestros pueblos. “Aclaremos de una vez por todas que nosotros queremos una libertad y una democracia de las que el imperialismo es su principal enemigo aunque quiera nuevamente jugar con los equívocos para decir que lucha por lo mismo que nosotros. ¡Mentira! Nosotros queremos una democracia en que el pueblo gobierne y en que los gobernantes le sirvan al pueblo, gobiernen con el pueblo y se reintegren al pueblo cuando termine su mandato.” Asimismo, González Casanova nos recuerda que: “El desprestigio de la democracia electoral y parlamentaria es así tan grande como el de la inmensa mayoría de los partidos de izquierda, e incluye a los candidatos socialdemócratas, socialistas, comunistas, nacionalistas, desarrollistas que teniendo nombres distintos hacen políticas neoliberales iguales…con el cinismo y la furia de quienes sólo luchan por tener puestos de elección popular.” Con la ubicuidad de su pensamiento que lo caracteriza y su experiencia, nos orienta: “En cualquier caso procuremos que nuestras diferencias internas se resuelvan en formas que no nos tribalicen y nos hagan nuevas víctimas de la vieja política colonialista que aprovecha las luchas internas para las intervenciones externas, colonizadoras y recolonizadora…La responsabilidad que en América Latina tenemos es inmensa pues el Nuevo Mundo saldrá del Nuevo Mundo que ya muestra su grandeza, enriquecida por todos los proyectos de emancipación humana.”

En suma, este libro es un instrumento necesario para cumplir con esta responsabilidad histórica de Nuestra América.

Laura Castellanos escribió el libro 2012, que aparece con el sello de Grijalbo

http://www.jornada.unam.mx/2011/11/09/opinion/a04n1cul

Publican reportaje-investigación sobre la polémica en torno al fin del mundo

La predicción de los mayas sobre el ocaso para el próximo año impactó en la cultura popular, dice
“El apocalipsis para los auténticos herederos de los mayas es la falta de lluvia”, asevera
Mónica Mateos-Vega

Periódico La Jornada
Miércoles 9 de noviembre de 2011, p. 4
Más allá de dar crédito a las diversas profecías apocalípticas, pensar en el año 2012 “es una oportunidad para reflexionar que, en la actualidad, personas de distintas ideologías, formaciones intelectuales y clases sociales, ante los momentos de crisis ideológica, religiosa y de convulsión social que vive el mundo, anhelan que se caiga lo establecido para que emerja una nueva sociedad”, manifiesta Laura Castellanos.
La periodista explica así el motivo que la llevó a realizar una investigación de poco más de dos años que ahora presenta en el libro 2012: las profecías del fin del mundo (editorial Grijalbo). Se trata de uno de los pocos trabajos serios en torno al tema que pone en la balanza tanto las visiones catastrofistas como las más escépticas.
El cometido surgió a partir del perfil que Castellanos realizó de José Argüelles, autor en 1987 del libro El factor maya, a partir del cual se detonó en diversos lugares la creencia de que los mayas pronosticaron el fin del mundo para 2012.
Argüelles, añade la autora en charla con La Jornada, “es un personaje con una historia controvertida que era poco conocida, se sentía la rencarnación del rey Pakal, generó una oleada de distintas variantes de su tesis profética, la cual, de una u otra manera impactó la cultura popular y de masas”.
Un mito urbano
En su investigación, Laura Castellanos recogió todos los aspectos del asunto, “porque en la vida entre el negro y el blanco, hay una diversidad de voces. Aquí vemos que las personas, dependiendo de su contexto histórico y religioso, le ha dado distintas interpretaciones y significados a la fecha.
“En el libro no analizo cada tesis ni las valido ni las descarto. Como periodista, ese no es mi objetivo, sino plantear, con perspectiva histórica, que no es la primera vez que se da un fenómeno milenarista que habla de un fin de los tiempos y propone el despertar de una nueva humanidad.
“Cito a Umberto Eco, quien comenta que esos fenómenos milenaristas nunca surgen de la oligarquía, sino que son populares; él los ve como una manifestación contestataria contra lo establecido. Por eso, en el contexto que vivimos de desesperanza, de indignación, de violencia y mucha soledad, prende esta idea del eterno retorno en la conciencia colectiva, el creer que algo extraordinario va a suceder y que los mayas lo predijeron hace 5 mil años.”
Luego de conocer las diversas creencias en torno a 2012, Laura Castellanos afirma que se trata de un mito urbano, ausente en comunidades rurales e indígenas.
“Hablé con arqueólogos y ninguno de ellos conoce a ninguna comunidad maya que tenga registrada la fecha como fatal. Sólo los indígenas más urbanizados o que tienen vínculos con extranjeros son los que conocen acerca de las profecías del fin del mundo.
“Es decir, los herederos auténticos de la cultura maya no asumen esa idea ni están pensando en 2012, están angustiados, por ejemplo, porque el año pasado no llovió, ese es su fin del mundo, porque entonces van a perder sus cosechas.
“Su manejo de calendarios y rituales nada tiene que ver con lo que se maneja en los mass media.”
Laura Castellanos, quien afirma que siempre le interesa entrarle a temas estigmatizados o que trastocan la cotidianidad, incluye en su libro las detalladas predicciones del astrólogo mexicano Federico Samaniego en torno al año electoral que se vivirá en México en 2012, cuyos resultados, concluye, “para algunos pueden ser más alarmantes”, que la caída de un meteorito o el aumento en el nivel de los mares, pues según Samaniego se avecina para el país, en materia política, “el periodo más oscuro en los pasados 200 años”.

Xalapa, Altar y ofrenda artística por nuestros muertos…

Pidieron paz, alto a la violencia
Esther Hernández Palacios y Bárbara Ybarra Martínez
Nombraron a algunas víctimas de la violencia en el estado
Marcha por estudiantes asesinados y desaparecidos
Altares en video- instalación en la Carlos Fuentes

Entre el frío del otoño en Xalapa y el calor de la solidaridad y el arte, se dieron momentos de dramatismo, pero también de fiesta por la resistencia, en la velada del 31 de octubre y la madrugada del 1 de noviembre, convocada como «Ofrenda artística por la paz», por el Comité por la Paz Región Xalapa, integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
Las palabras iniciales de dos madres xalapeñas que sufrieron el asesinato de sus hijas representaron el dolor que ha cubierto a Xalapa. Esther Hernández Palacios, madre de Irene Méndez Hernández Palacios, asesinada a los 26 años de edad, el 8 de junio de 2010, junto con su esposo Fouad Hákim; y Bárbara Ybarra Martínez, madre de la joven preparatoriana Gabriela Arlene Méndez Ybarra, desaparecida el 13 de junio y encontrada sin vida el 23 de septiembre de 2011.
Ambas expresaron su deseo de paz. Esther Hernández Palacios pidiendo que el ejército regrese a sus cuarteles y Bárbara Ybarra Martínez expresando su deseo de que esto cambie y su disposición para ayudar a familiares de desaparecidas y desaparecidos.
Otros momentos dramáticos fueron los que produjo la lectura de los nombres muertos en Veracruz Boca del Río, con edades que oscilaban entre los púberes de 14 y los ancianos y ancianas de más de 50, así como otras víctimas de feminicidios y asesinatos, algunos de ellos y ellas periodistas, médicos, enfermeras, jóvenes, civiles y policías. Los nombres y, en algunos casos, una breve reseña de la manera como fueron asesinados, varios en Xalapa, y en lugares tan públicos como la Plaza Américas.
Los nombres de algunas de las víctimas de la violencia en el estado fueron enunciados, muchos de ellos periodistas. Algunos cuantos son: José Miranda Virgen periodista cuya muerte jamás ha sido esclarecida; y otro periodista: Hugo Barragán; Marisela Vázquez Cruz, civil muerta a disparos en Plaza Américas; Alejandro Gasós Calderón, civil; la policía Zulema Castillo Fernández; el periodista Noé López Olguín, en Acayucan; Yolanda Ordaz de la Cruz, Miguel López Vela, reporteros de Notiver en el puerto jarocho.
Denunciaron los manifestantes que «estamos siendo víctimas, en una ciudad en la que ya no hay seguridad ni tranquilidad para los ciudadanos», pues en Xalapa han muerto civiles inocentes como Joaquín Figueroa Vázquez, lo mismo que en lugares como El Higo, el Puerto de Veracruz y Boca del Río.
La velada respondió a una convocatoria nacional del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Tuvo un carácter de verbena popular, con una ofrenda de flores de cempasúchil y veladoras, aromadas por el copal, tamales, panes de muerto, atoles, además de un programa con pronunciamientos, palabras, canciones, teatro, música, y las dinámicas y performances realizados por los jóvenes de la Asamblea Estudiantil Xalapeña, integrante del Comité por la Paz Región Xalapa.
Condujeron el programa artístico dos reconocidos teatristas, la actriz Leticia Valenzuela y el actor Rogerio Baruch, quienes leyeron mensajes y fueron presentando a los participantes, algunos que ya han participado en la resistencia cultural y política en Xalapa, desde los años de las consultas ciudadanas zapatistas, como Mauricio Díaz y Jorge Jolmash, y otros que han ido sumando a sus canciones festivas algunas letras que denuncian la violencia y la inseguridad en México, como Los Aguas Aguas.
Bailaron el Xantolo estudiantes de preparatoria, disfrazados como se hace en la Huasteca, y participaron también con canciones Mercedes Boullosa y Miguel Flores; con teatro, Pável Ortega y su grupo; las actrices de Foro X, y al final, el fandango, donde los jaraneros hicieron de la plaza una tarima.
Muchos de los jalapeños que han participado en anteriores manifestaciones por la paz, en el campamento de los Indignados y en las dinámicas de Gises por la Paz, estuvieron hasta la madrugada en la Plaza Lerdo una vez más.
Asimismo, hubo invitaciones para otras actividades. Estudiantes de la Universidad Veracruzana convocaron a la comunidad estudiantil de Xalapa, de secundaria a posgrados, a marchar el jueves 3 de noviembre, saliendo de Humanidades, a las 16:00 horas, para llegar a la Plaza Lerdo. El motivo es el asesinato de Carlos Sinhué Cuevas Mejía, cometido a balazos por dos personas, a escasos metros del hogar del joven tesista de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM e integrante de la Coordinadora de Movimientos Sociales y Estudiantiles Nuestra América.
También invitaron a la inauguración de la video instalación «Despertares, Altares multimedia», inaugurada el 1 de noviembre, en la galería de la Biblioteca Carlos Fuentes, bajo la coordinación de los creadores plásticos Emmanuel Cruz, Omar Gasca y Alfredo Romero. En el contexto del festival Filmarte 2011.

El periodismo objetivo y la imparcialidad no existen

Luis Villoro y Gloria Muñoz

http://www.cencos.org/node/27748

 

México D.F., 13 de octubre de 2011 (Cencos).- “El periodismo no es objetivo, tenemos una postura y hay que defenderla. Lo más ético que puede hacer uno como periodista es decir al lector quién soy y que desde ahí me lea” afirmó Gloria Muñoz, fundadora de la revista electrónica Desinformémonos. En ella, dijo, “convergen muchas voluntades para construir ese otro periodismo y dignificar esa tarea que no es sinónimo de ser corrupta o vendida”; en esta “hay que manejar las historias con el mayor respeto; no hay fuentes de información sino que hay personas, historias, y como tal hay que tratarlos”.

Cuando los medios de comunicación existentes no brindan información verdadera, surge la necesidad de la sociedad para crear sus propios medios de comunicación, añadió la columnista de Los de Abajo en el periódico La Jornada.

Por su parte, Herman Bellinghausen, colaborador también de La Jornada y editor del portal desinformemonos.org, recalcó que “hay que hablar de quien sufre y de quien se organiza” al recordar las Caravanas al norte y al sur de México convocadas por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, efectuadas a principios de junio y a mediados de septiembre del año en curso, respectivamente. En el norte, “teníamos cifras y no las historias de la gente”, en cambio, al sur del país “están organizados, en lucha por sus tierras, por una vida digna, hasta por sus lenguas”.

En ese sentido, José Gil Olmos, reportero para Proceso en ambos viajes, describe al periodista mexicano actual como reportero de la comunidad o combatiente de guerra, que difiere de un corresponsal de guerra puesto que éste va y viene del lugar de los hechos, mientras en México el mismo reportero y su familia están implicados en el lugar de la violencia.

Apunta Bellinghausen: “espero que sepan en qué México están a la hora de ejercer como periodistas” al dirigirse a los estudiantes de Ciencias de la Comunicación de la  Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se celebró este segundo aniversario de la revista.

Si quieren servir al poder como lo hace la mayoría háganlo, dijo al auditorio el enviado para cubrir al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas, “sean lo que son ustedes desde sus luchas, desde sus demandas y si tienen la sospecha de que la verdad está en otro lado, hagan esa búsqueda”.

Además, luchas como la de la comunidad de Santa María Ostula y la de Cherán, ambas en el estado de Michoacán, son las que a nadie importan pero que dicen la verdad a diferencia de las mentiras de los políticos a las que estamos acostumbrados, añade el reportero al recordar esta otra forma de hacer periodismo.

Ante ello, Gloria Muñoz recordó a Pedro Leyva, comunero de Santa María Ostula asesinado el 6 de octubre pasado, y con el cual se había reunido en días previos.

También participó una representante del Taller de Periodismo Aquiles Baeza, impulsado por la revista electrónica con trabajadoras sexuales, quienes han sido calumniadas y cuyo trabajo es considerado indigno, estableció “trabajamos en lo que queremos sin perder la dignidad; soy  ‘puta, zapatista y periodista’”.

La conferencia de Ética Periodística realizada en  el auditorio Flores Magón se llevó a cabo el 11 de octubre de 2011 en el marco del segundo aniversario de la revista electrónica Desinformémonos.

Centro Nacional de Comunicación Social

Llevarán a gobierno mexicano a juicio al Tribunal Permanente de los Pueblos

En marcha proceso de devastación socioambiental del país
Es un paraíso internacional de desregulación ambiental
La región de saqueo minera más segura para USA y Canadá
Pemex la peor fuente de destrucción ambiental
Transgénicos destruyen soberanía alimentaria y cultura nacional
Abrieron el territorio a las maquiladoras más tóxicas del mundo
Pandemia de enfermedades degenerativas como el cáncer
Zapateando, Salsipuedes, Acapulco, Guerrero, parte I.– El capitalismo está pasando los costos de su crisis a los pueblos y a la naturaleza, así dice el agudo diagnóstico con el que inicia la Declaratoria de Salsipuedes, dada el 31 de julio de 2011 en esa comunidad acapulqueña, parte del «territorio CECOP» (Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota), por la séptima Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA).
El capital compensa déficits despojando de tierras y recursos a los pueblos
En lugar de permitir el quiebre de empresas transnacionales y asumir el costo de intentar ganar más allá de los límites que le pone un planeta finito, el capital externaliza violentamente los costos, haciendo pagar a los pueblos del mundo y al medio ambiente: «se impide que ocurra la desvalorización de los capitales y riquezas nocivos y excesivos, y se transfiriere violentamente una parte sustantiva de las pérdidas empresariales al sector laboral y social en todo el mundo, o bien se intenta compensar las déficits realizando violentos despojos de tierras, aguas y otros recursos naturales estratégicos entre las naciones y grupos sociales más débiles.»
Por una parte, el capital incrementa el despojo y el saqueo, y por otra los pueblos protestan indignados: «De ahí que cada día que pasa se agrave extraordinariamente en cada vez más regiones del mundo el endeudamiento de los principales Estados hegemónicos, la imposibilidad de poder pagar las deudas de los grandes Estados, el recorte de todo tipo de servicios estatales dirigidos a atender las necesidades de la población, la caída de los salarios, el empleo y la destrucción de los derechos colectivos de los trabajadores, la defensa alevosa de los privilegios de los grupos dominantes y hambrunas extraordinarias, el empobrecimiento de masas crecientes de población (incluso en las metrópolis más ricas), la depredación de todo tipo de recursos naturales, así como el estallido del descontento social en todas las regiones del mundo.»
Pagan rescates haciendo lucro con guerras inducidas
Además del incremento de la explotación de los seres humanos y la depredación del ambiente, el capital usa la guerra para tratar de compensar sus déficits: «no sólo se observa una recesión creciente en regiones metropolitanas como Europa y Estados Unidos, sino también el creciente reflejo de “rescatar” la desorganización económica y ambiental del capital. Instinto de salvación que se ve compelido a realizar rescates mediante la aplicación de cada vez más guerras entre naciones o bien mediante la creación artificial de conflictos entre la propia población, enmascaradas de conflictos intercomunitarios o bien como guerras en contra de la degeneración criminal de una población mundial cada vez más marginada y por lo mismo más criminalizada.»
Misteriosa salud de economía mexicana: 40% ligada al crimen
En México, la crisis se expresa de muchas maneras, una de ellas la cada vez mayor dependencia de la economía del crimen: «Los niveles insólitos con que en nuestro país opera la economía criminal (40% del PIB), la economía informal (15% del PIB), el desplazamiento y la trasmutación de un desempleo extraordinario en la afluencia de dos decenas de miles de millones de dólares en remesas, así como el saqueo imparable (criminal y empresarial) de la industria minera y petrolera, se manifiestan curiosamente como una economía que goza de una misteriosa “salud”, ello a pesar de haber destruido la mayor parte del mercado interno, todas las cadenas industriales internas, la soberanía ambiental, la soberanía demográfica, la salud de la población, así como cada vez más condiciones naturales ambientales de la producción y la reproducción. En correspondencia con el agigantamiento de la economía criminal y la violencia estructural en todos los niveles y regiones del país, el Estado mexicano saca adelante una antidemocrática reforma a la ley de seguridad nacional, que le garantiza la implementación de un estado de sitio estructural.»
El Estado mexicano va de la ilegitimidad al colapso electoral
La declaratoria de la ANAA denuncia la descomposición del Estado, el gobierno, los políticos, y la imposición del terror como instrumento de contención del descontento: «Como el aumento del sufrimiento cotidiano del pueblo, así como el agotamiento de la ingenuidad y la paciencia ciudadana es patente en todos lados, la proximidad de las elecciones federales en un contexto de franca desconfianza y abierta manipulación mediática de las preferencias vuelven electoralmente funcional la descomposición criminal de la sociedad, el caos aterrorizante de innúmeras masacres cotidianas cada vez más espantosas y la ultra militarización de la vida cotidiana. El clima de terror perversamente alentado tiene así la capacidad de frenar la presente necesidad de un cambio en ese modelo económico y político que hoy permite depredar y exterminar a los más pobres. »
La denuncia engloba a la clase política en la corrupción y vislumbra un colapso electoral: «La pérdida de legitimidad del régimen de Calderón expresa el modo en que este político y su grupo de interés ha necesitado aliarse con los más oscuros grupos de poder en México, desgastando como nunca antes las funciones del Ejército y la Marina, desestabilizando las alianzas estratégicas con los diversos grupos de poder de Estados Unidos, o incluso con los principales grupos del PRI (asociados a otros intereses criminales). El inminente colapso del sistema electoral se convierte así en un indicador más del momento de peligro extraordinario en que vive el país.
«Dentro de esta coyuntura electoral no sólo se impone una degradación creciente en los tres poderes de la Unión así como de las políticas públicas en los tres niveles de gobierno. A ello se suma la competencia de los políticos de todos los partidos políticos por ofertar a los grandes poderes económicos del libre comercio, una privatización cada vez más audaz de los bienes públicos y los bienes comunes, y la consiguiente entrega cada vez más profunda de la soberanía del país a los intereses del capital transnacional. De ahí la emergencia de una miríada de codiciosos políticos profesionales independientes que bajo las circunstancias actuales ya no tienen la necesidad de responderle a nadie (ni siquiera a los grupos de interés amafiados dentro de sus respectivos partidos políticos).»
Devastado el sistema hídrico del país
Al sistema de las aguas en México ha sido devastado, denuncia: «El ejemplo mas representativo de la profundidad que ha adquirido la crisis ambiental de México es, sin duda alguna, la crisis de nuestros recursos hídricos, por la profundidad catastrófica y la amplitud nacional que ya ha adquirido el tema. Pues actualmente predomina una muy alta y lesiva contaminación de los principales ríos de México, ocasionada simultáneamente por las industrias, la agricultura, ganadería, forestería y pesca altamente quimicalizadas, así como por las actuales dinámicas de urbanización salvaje, por la sobreexplotación y consiguiente contaminación subterránea de una parte muy importante de los acuíferos de la parte central del país, por la perdida irreversible en la capacidades de captación que originalmente tenían nuestras montañas boscosas, por el dislocamiento de los procesos de recarga de importantes acuíferos, o bien por el caótico cambio en el régimen de lluvias que ha impuesto el calentamiento global.»
Es un paraíso internacional de desregulación ambiental
El principal responsable es el gobierno mexicano, que desreguló todo para cumplir con el Tratado del Libre Comercio, abriendo la puerta a todas las empresas que contaminan los cuerpos de agua: «Después de veinte años de progresiva deformación del ámbito jurídico, México se ha convertido en uno de los principales paraísos internacionales de desregulación ambiental.»
En marcha un proceso de devastación socioambiental de México
Está en marcha un «proceso de devastación socio-ambiental de México», del cual los diferentes problemas que denuncian los integrantes de la ANAA son una parte. Además las supuestas soluciones a la contaminación del agua abren las puertas a más negocios de megaempresas: «la construcción de costosísimas plantas de tratamiento de agua potable, que al no poder ser financiadas por los organismos operadores municipales abren las puertas de la participación de poderosas empresas privadas en la construcción de infraestructuras y venta de servicios hídricos. De modo que la producción artificial de escasez creciente de agua se ha convertido actualmente en la base de un impúdico negocio particular de empresas y autoridades federales, estatales o en ocasiones municipales.»
La región de saqueo minera más segura para USA y Canadá
El siguiente proceso predador que devora el territorio es la minería a cielo abierto, por todo el país: «el agotamiento de las reservas mundiales más ricas ha generalizado en todo el mundo a las nuevas tecnologías extractivas de cielo abierto. Con lo cual se han desatado en múltiples países procesos inauditos de devastación de la biodiversidad, la orografía y la hidrogeología que generan descomunales cráteres abiertos por las actuales empresas mineras (de hasta 4 o 6 kilómetros de diámetro o bien de tres o cuatro kilómetros de profundidad). A los cuales se suman los consumos extraordinarios de energía que genera la cotidiana explosión y pulverización de las rocas, o bien el acumulado de innúmeros lodos tóxicos que produce el lavado de las harinas de roca en diversos caldos químicos encaminados a extraer los ahora escasos minerales presentes en las rocas.»
También aquí la desregulación entregó el país a los daños que causan los socios del TLCAN en México: «el grado de extraordinaria desregulación ambiental que ofrece el México panista del libre comercio, combinado con la proximidad territorial que tienen nuestras riquezas con los vecinos del Norte, según la Rand Corporation han hecho del México actual la región de saqueo minero más segura para el imperio estadounidense y canadiense en todo el planeta. Caso emblemático del estratégico manganeso, uno de los cuatro metales más importantes para toda la industria estadounidense. De ahí que México sin ser una zona de reservas de gran importancia, no obstante se haya convertido en el principal proveedor estratégico de este metal para Estados Unidos.»
El encarecimiento del oro ha propiciado una nueva fiebre, más nociva por sus formas de explotación. «De ahí la presencia de ocho decenas de empresas canadienses en México que actualmente se dedican a prospectar, adquirir y explotar las principales regiones auríferas de México, en más de 26 mil concesiones y mas de ochocientos proyectos mineros que gozarán de vigencia en periodos de cincuenta a cien años.»
Pemex la peor fuente de destrucción ambiental
El otro recurso estratégico que el gobierno desregula para permitir su saqueo es el petróleo: «el gobierno federal no sólo se ha esforzado en transformar la ley petrolera, para así consumar el largo proceso de privatización y desnacionalización del petróleo de México, de suerte que resulte posible a las firmas estadounidenses, en esta nueva era de perdida de control sobre las principales reservas del mundo (Medio Oriente, Norte de África, Rusia, Afganistán, Venezuela y Brasil) puedan ampliar su frontera petrolera en México y adicionalmente controlarla militar y paramilitarmente.»
Años de explotación son ahora zonas devastadas en su ambiente y salud. «Pemex fue, durante sus mejores años, la principal y peor fuente de contaminación y destrucción ambiental de México, ocasionando inmensos daños incuantificados principalmente en la riquísimas zonas de selva tropical, humedales, manglares y aguas someras en el Sur de Veracruz, Tabasco y Campeche. Ligado a ello la región vio crecer las actividades de transporte, almacenamiento, refinación y petroquímica, lo que convirtió a este complejo petrolero en una de las peores zonas en el mundo por intoxicación y difusión de enfermedades degenerativas derivadas del petróleo.»
Ahora la preparación de su privatización mediante el abandono está causando más desastres en Pemex: «el actual desmantelamiento de Pemex ocurre en el contexto de una franca destrucción de la industria mexicana por cuenta del libre comercio, la deliberada falta de mantenimiento de la empresa coincide con el desbocamiento de una economía criminal que fomenta no sólo la ordeña de las inmensas redes de ductos de crudo, gas, gasolinas y petroquímicos, sino incluso el inaudito y descarado robo de plataformas off shore. No casualmente los accidentes petroleros de instalaciones se han disparado, ocasionando continuas fugas, derrames y explosiones fuera de control, contaminación persistente, gravísimas enfermedades de las poblaciones afectadas o incluso accidentes catastróficos como los recientemente vividos en la ciudad de Tula o en San Martín Texmelucan, Puebla.»
Por todo ello, Pemex «hoy encabeza la lista de todas las empresas que en México destruyen el medio ambiente y la salud de la población campesina, pesquera y urbana que tiene la desgracia de vivir en las inmediaciones de todo este tipo de infraestructuras.»
Transgénicos destruyen la soberanía alimentaria y la cultura nacional
Además, el neoliberalismo y el libre comercio han atacado al campo mexicano y sobre todo al eje de la soberanía alimentaria y la identidad histórica de los mexicanos: «El maíz de México no sólo ha sido sistemáticamente atacado por el libre comercio, que se ha dedicado durante los últimos veinte años a destruir la soberanía alimentaria del país. Pues adicionalmente se ataca en un plano biológico las más de tres mil variedades de maíz, por el modo en que se ha permitido la introducción de semillas transgénicas estadounidenses en los campos mexicanos propiciando que ocurra la contaminación de nuestras semillas originales en todas las grandes regiones de México.»
Aquí también la desregulación abre paso a la destrucción del país: «los actuales cambios en las leyes de bioseguridad y semillas no sólo permiten la creación de inmensos centros experimentales de cultivo de maíz transgénico en campo abierto, sino que además se dedican a proteger en estados como Tlaxcala, Michoacán y próximamente en Oaxaca, los derechos de las empresas transnacionales productoras y comercializadoras de semillas transgénicas.»
El panorama, como en una guerra, es la destrucción de la base de la reproducción de la vida, la salud y la cultura mexicana: «La presente degradación de las leyes mexicanas de semillas y bioseguridad resulta adicionalmente alarmante por el modo en que avanzan dentro de nuestro país el cultivo de muchas variedades de plantas y árboles transgénicos, muy especialmente el retorno de la amenaza del llamado maíz terminator, pero sobre todo el avance del llamado maíz biorreactor, que no es más que el moderno uso de esta planta como una sofisticada fábrica química de productos farmacéuticos, energéticos, plásticos y bélicos. Lo cual ya no implicará el uso del maíz para producir alimentos deformes y contaminantes, sino el uso completamente industrial de nuestras variedades de maíz y con ello el exterminio integral de todas las milpas y la cultura general del país».
Abrieron el territorio a las maquiladoras más tóxicas del mundo
La urbanización forzada, impuesta, violenta, es llamada en las mesas temáticas «urbanización salvaje» y denuncia a gobernadores de diversos partidos, como Marcelo Ebrard y Peña Nieto, por «el fomento de la producción especulativa de vivienda, que no responde a planes públicos de verdadero interés social, sino sólo a iniciativas particulares de acaparamiento de tierra y construcción caótica de viviendas e infraestructuras urbanas: carreteras, libramientos, distribuidores viales, basureros, organismos operadores de agua potable, plantas de tratamiento de agua residuales, malls, gasolineras, hoteles, universidades privadas, casinos, antros, etcétera.»
Como en los otros temas la desregulación ha sido parte del proceso devastador que ha generado «una verdadera pesadilla de privatización de múltiples servicios públicos, despojos de tierras, aguas y bosques, demolición de barrios urbanos, sobreexplotación y bloqueo de la recarga de los acuíferos, contaminación inefable de ríos, canales y otros cuerpos de agua, tierras y aires, ocasionada por el despilfarro de sustancias tóxicas, metales pesados, pinturas, basuras, plásticos y energías.»
Los proceso industriales son cada vez más tóxicos y nocivos, ya que «se le abrieron las puertas de la desregulación a las industrias maquiladoras más tóxicas del mundo (de las industrias textiles, químicas, plásticas, microelectrónicas, automotriz, etc.), a las empresas de la minería a cielo abierto, a la superexplotación petrolera, a la industria automotriz y de aviación, etcétera, ocasionando la putrefacción de los principales ríos del país.
«Procesos que ocurren en paralelo con el desarrollo de los nuevos procesos de agroexportación de papas, algodón, hortalizas, aguacates, flores, plantaciones de biocombustibles, y nuevos organismos transgénicos, o bien con el emplazamiento de megagranjas de cerdos, pollos, camarones, etcétera, que no sólo agotan el agua de las inmediaciones, sino que igualmente las envenenan por el uso completamente desregulado de pesticidas y fármacos o bien con la emisión de cantidades descomunales de basuras y excrementos.»
Pandemia de enfermedades degenerativas como el cáncer
El resultado es el mismo en las ciudades y en el campo, estas nocivas industrias «les roban a todas las comunidades y pueblos rurales el agua de los ríos, lagos y el subsuelo, para tan sólo retornar completamente envenenadas, provocando insólitas formas de enfermedad y muerte entre las comunidades empobrecidas. Dinámica que se repite con el metabolismo campo-ciudad de las basuras sólidas municipales, hospitalarias e industriales, propiciando una pandemia cada vez más ubicua de enfermedades degenerativas como el cáncer, las enfermedades inmunológicas, las malformaciones genéticas o incluso las llamadas enfermedades raras. Si bien, las desgracias se concentran entre toda la población que tiene la desgracia de vivir en las inmediaciones de las grandes ciudades e industrias, o incluso sobre depósitos tóxicos enterrados clandestinamente.»
Además, el capitalismo hace cínicamente negocio con la venta del fraudulento capitalismo «verde»: «la oportunidad de realizar todo tipo de negocios relacionados con la remediación ambiental y la mitigación de los dislocamientos climáticos, pues permite la venta de supuestos bienes desintoxicados, o bien la venta de servicios ambientales, o la prospera venta e intercambio de los derechos a contaminar entre los que supuestamente conservan, mitigan o remedian y los agentes económicos criminales que francamente destruyen el medio ambiente y lo contaminan.»
A todo esto están resistiendo las luchas por la defensa del territorio, la naturaleza, el medio ambiente y los derechos de los pueblos en México: «Dentro de este panorama general de devastación estallan continuamente focos rojos de castigo y sufrimiento social, así como estratégicos frentes de dignidad social, resistencia, organización y lucha popular contra la corrupción de los gobiernos y la prepotencia de las empresas que destruyen nuestras condiciones de vida o que simple y llanamente pro ceden a realizar despojos.»
Llevarán a gobierno a juicio ante el Tribunal Permanente de los Pueblos
Por ello, la devastación ambiental es uno de los delitos de lesa humanidad por el que los defensores de la vida en México llevarán a juicio al Estado y al gobierno mexicanos ante el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) en los próximos tres años, se trata del tribunal heredero de la legitimidad ética del Tribunal Russell que juzgó los crímenes de la guerra de Vietnam y otros genocidios.
Los ejes de las denuncias al gobierno mexicano ante el TPP serán los siguientes siete, cada uno suficiente para juzgar al gobierno mexicano (en todos sus niveles) por abandonar sus funciones y destruir lo que debía proteger: sus ciudadanos, su población, el territorio y las maneras en que el pueblo mexicano puede sobrevivir y reproducir su vida. El tema 1 es: Violencia, impunidad y acceso a la justicia; el 2: Feminicidios y violencia contra las mujeres; el 3: Violencia contra los trabajadores; el 4: Violencia contra los migrantes; el 5: Destrucción ambiental; el 6: Maíz y soberanía alimentaria; el 7 y último: Medios de comunicación.
De las demandas de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales y sus propuestas de lucha, trataremos en la siguiente entrega.

Diversidad y medios de comunicación: Otra versión de personas, pueblos, historias, miradas

Tecnología amplía oportunidades y amenazas
Crece la exclusión y peligro de homogeneidad
Mucho de lo posteado en la web, insustancial
Tecnologías diseñadas con fines consumistas
Internet no es neutral ni inocente
Javier Hernández Alpízar.– De los llamados medios ciudadanos, los medios de la sociedad civil o medios de los movimientos sociales, platicaron con el auditorio que asistió al auditorio del Agora de la Ciudad, Claudia Magallanes- Blanco, académica de la Universidad Iberoamericana en Puebla, Clemencia Rodríguez investigadora sobre medios ciudadanos en el contexto del conflicto armado en Colombia (autora de Lo que le vamos quitando a la guerra: http://www.c3fes.net/docs/presentacion_introduccion_quitandoguerra.pdf ), y José Manuel Ramos Rodríguez académico de la BUAP y del Sistema de Radio Indigenista, moderados por Antoni Castells, investigador de la Universidad Veracruzana el martes 17 de mayo, en una mesa de la Feria Internacional de Libro Universitario.
La mesa se realizó en torno a preguntas planteadas por el moderador, la primera fue: ¿Qué aportan a la diversidad los medios ciudadanos que no aporten los medios dominantes?
Al respecto, Clemencia Rodríguez comentó los videos proyectados inicialmente, breves y posteados en You Tube, realizados por «nano medios», en el contexto de barrios que el público ha conocido por películas como Rosario Tijeras, lugares donde Pablo Escobar reclutó a jóvenes como sicarios para el cártel de Medellín. Estos barrios han sido vistos por los medios tradicionales solamente como violentos.
Los videos presentados muestran otra cosa, algo que te desordena la visión que tenías de esos barrios, dijo Clemencia Rodríguez. La imagen que muestran es otra versión de las cosas: la otra versión del barrio, del muchacho, del pueblo colombiano, del indígena, de la familia que cultiva coca. O bien otra versión que proporciona un «reinado del bambuco» (género musical bailable) hecho por una transexual, un reinado del bambuco gay, desde una marginada sexualidad no heterosexual. La versión de lo que los grandes medios no ven porque sólo presentan la guerra y la violencia.
Claudia Magallanes expresó que los medios alternativos o ciudadanos permiten que voces distintas tengan la posibilidad de contar sus historias mediante las radios, videos, los blogs.
No es una visión unificadora, monolítica, de la juventud, la belleza, la sexualidad o de la caricatura del indígena que ha presentado en México por años Televisa. No hay un molde y una única narrativa, sino que hay herramientas de comunicación y la creatividad para contar historias distintas. Puso como ejemplo el documental- reportaje Voces de la Guerrero, de chicos de la calle en esa colonia de la ciudad de México: cómo ven el mundo, la violencia, la vida, la familia, el gobierno, la justicia. Y no con el estereotipo de los medios corporativos y empresariales sobre los niños de la calle. No es el «pobrecitos, tenemos que ir a rescatarlos». Hay otros recursos discursivos y estéticos, y una diversidad amplísima de historias y de miradas.
José Ramos dijo que en los medios alternativos está en su esencia el que se exprese la diversidad. Por lo que comentó que incluso se empiezan a apreciar rasgos así también en medios masivos, como Canal 11, con programas donde está surgiendo la inquietud de mostrar la diversidad. Mostrar por ejemplo qué pasa con el reggaetón en los barrios del DF, por tener un valor para las personas que lo viven y ejercen.
Otro ejemplo que consideró parte de una lucha por la diversidad misma, por expresarse, son los programas de Mardonio Carballo o documentales hechos por indígenas, así como otros sobre indígenas, tratando de dar una visión más desde dentro. Muchos de estos medios nacieron con la radio comunitaria, luego siguieron los videos, los blogs.
La siguiente cuestión planteada por el moderador fue la tecnología digital y los medios ciudadanos, las oportunidades y los retos que representan.
José Ramos dijo que, en efecto, se puede ver de dos maneras, pues estas tecnologías representan una oportunidad para que todas las voces se expresen, pero por otro lado son también una amenaza, porque a través de ellos está permeando una manera de ver las cosas muy homogénea.
Comentó sobre el llamado «apagón digital» que lanzó Calderón y tuvieron que postergar, porque estaba planteado en un par de años. Pero cuando hablamos de brecha digital hablamos de la diferencia entre quienes tienen tecnología y quienes no, la cual es cada vez más amplia. Los intentos de cerrar la brecha digital permiten a un grupo tener acceso páginas web, pero ahí también hay una brecha entre las grandes páginas muy interactivas y páginas muy pobres.
Está también el riesgo de que sea también una forma de homogeneizar, y dio el ejemplo de un joven huichol de unos 20 años, Ukeme, quien estudió electrónica y hace lo que llama TV indígena, es decir, videos hechos por indígenas, en http://www.puebloindigena.com/
Hay videos, podcasts de radio, y está reuniendo todas las iniciativas indígenas, pues consiguió donativos y financiamientos. –Platiqué con la señora Obama, es muy simpática, dice José Ramos que le comentó.
Pero al entrar a la página http://www.puebloindigena.com, dice: «Una puerta para conocer nuestro mágico mundo indígena». Está repitiendo ideas de «un mundo mágico indígena», además, su página quiere ser como las páginas no indígenas. (Hay un concurso a reinas de pueblo indígena, en slide pasan fotos de las candidatas). Es decir, las tecnologías permiten la diversidad, pero también la amenazan
Claudia Magallanes inició su respuesta diciendo que la tecnología no sirve para bien ni para mal sino cómo la usemos. Hay cámaras más baratas, softwares que se instalan en computadoras portátiles, y han facilitado usar la tecnología con más libertad y creatividad, para temas tan diversos desde registrar un movimiento social o una movilización hasta la fiesta de XV años o un programa de chistes. La diferencia es para qué se utiliza. Si no hay un compromiso político para la utilización de la tecnología, la falta de un proyecto, hace que proliferen propuestas mediáticas subidas a la red que no aportan nada.
Los Radialistas Apasionados han hablado de los «analfatécnicos», pues para establecer un mejor aprovechamiento de esas tecnologías digitales hay una brecha muy grande. Los analfatécnicos no tienen acceso a la tecnología para aprovecharla mejor. Así, la inmensa mayoría de lo que hay en la web no tiene mayor sustancia.
Clemencia Rodríguez dijo que el análisis de las tecnologías digitales es como un dilema. Hay puntos de vista que la ven como una simple herramienta para cualquier proyecto, sea político, sea vender, sea concientizar, lo que sea. Pero, dijo la investigadora, nunca olvido un análisis de Lona Roth cuando en su investigación sobre medios indígenas en el norte de Canadá y sobre las tecnologías mismas advierte que las tecnologías son creaciones de seres humanos con concepciones políticas, sobre el buen vivir. Hace un análisis de las crayolas, de la compañía Crayola que produce las cajitas con 12 colores, y en ellas el color piel no es el de un afrodescendiente. Ya tiene una noción de cuál debe ser el color normal de piel humana. Todas las tecnologías tiene eso.
Otro ejemplo que adujo la investigadora fueron los audífonos. Si se compara los audífonos con un radio de transistores, el radio invita a escuchar en colectivo, pero el audífono invita a un sistema individual de escucha y a no interactuar con quienes están alrededor. Es sólo interacción individualizada. Así, muchas tecnologías cuando se diseñan no están pensando en un futuro interactivo democrático. Lo utópico para ellos es el crecimiento económico, el consumo.
Hay muchos proyectos interesantes que usan la tecnología pero alterándola porque no era para eso. Por ejemplo, los videos que se suben a You Tube, la cual se creó para individuos, pero hay quienes la están colectivizando. Sin embargo, la mayoría siguen alineados con las metas de las corporaciones que los diseñaron.
El último tema fue el empoderamiento. Clemencia Rodríguez comentó que te empodera ver la diversidad, lo que no es normal para los medios grandes, pero es presentado por nano medios, y te permite ver que con todas las diferencias tuyas, también puedes ser normal, y no como te excluyen los grandes medios. Esto lo dijo porque en los Estados Unidos los medios reducen lo normal cada vez más.
Josué puso un ejemplo, en Guerrero, una comunidad altamente expulsora de mano de obra tiene una radio indígena. Antes de partir, los migrantes piden el teléfono de la radio y guardan el papelito celosamente porque les servirá en una emergencia. Simbólicamente se han empoderado para enfrentar con un recurso más la emigración.
Claudia Magallanes puso otro ejemplo: Estudiantes de una universidad privada dan herramientas a niños víctimas de la violencia, quienes aprenden a hacer un programa de radio, un podcast. Ellos deciden, en discusión colectiva, los temas: violencia, drogas, en formatos de entrevista. Al finalizar, chicos que, por la violencia y abuso sufridos, son huraños y no se dejan tocar, se despiden de ellas con abrazos: «Gracias, porque nadie había creído en nosotros, nadie nos había tomado en cuenta.» Ellos comparten sus podcast mediante la red con niños de otros albergues. La jóvenes egresan con la certeza de que pueden ayudar a transformar realidades, acompañar a otros. Ambos se empoderaron.
Entre las preguntas y comentarios del público y los ponentes se ampliaron los puntos de vista. A pregunta por qué tanto democratiza o excluye la web, la respuesta fue que la red privilegia y crea privilegiados, a quienes tiene acceso a computadora, internet, energía eléctrica, alfabetización, saben inglés, y las grandes mayorías quedan excluidas, es la llamada brecha digital, pues muchos no tiene acceso ni a una red de telefonía. El 80% de los mexicanos están excluidos.
Además no es neutral, históricamente fue creada por el departamento de seguridad de los Estados Unidos: no es neutral ni inocente. Está por ejemplo el problema de los datos personales: nombre, tarjetas de crédito, nips, lugares que visitas… que en el menos grave de los casos sirve para que te manden publicidad comercial e incluso para fines más amenazantes.

Gandhi y la construcción de la desobediencia civil

Pietro Ameglio

http://www.sipaz.org/documentos/ghandi/ameglio_esp.htm

(4 de febrero 1998; se publicó en la revista «Ixtus» en otoño del 98)

1- ¿POR QUÉ HABLAR ESPECÍFICAMENTE DE DESOBEDIENCIA CIVIL?

Sería interesante comenzar preguntándonos acerca de ¿por qué, dentro de este ciclo de conferencias de Gandhi, pusimos una mesa separada para el tema de la desobediencia civil, cuando mañana vamos a tener algo específico sobre la acción no-violenta?

Sabemos que la desobediencia civil entra como una de las formas con más alto grado de confrontación dentro de lo que es la acción no-violenta (1). Sin embargo, nosotros tuvimos la inquietud de darle un realce a algo que es clave dentro de la lógica de la espiritualidad y de la acción no-violenta: la desobediencia a toda orden inhumana. Del mismo modo que Gandhi al tocar el tema de la autonomía pone el dedo en la llaga de la economía en cuanto a la expansión del capitalismo occidental, ya que su propuesta revierte una lógica y una estructura de relaciones económicas; el tema de la desobediencia civil es la otra gran llaga que coloca él, esta vez respecto al campo de lo político y del orden social.

De ahí que nos pareciera importante resaltar la parte fundamental de la acción no-violenta, que es la desobediencia a todo lo que es injusto, inhumano e ilegítimo. A primera vista parecería que hacemos referencia a un término que estamos acostumbrados a usar con frecuencia, pero la complejidad que tiene el desobedecer en estas condiciones es grande.

Todo el orden social en que somos construidos desde la familia, la escuela, la política, etc. está articulado alrededor de un valor primordial, como afirma Juan Carlos Marín: «la obediencia anticipada a ejercer un castigo cuando una autoridad nos lo demanda» , donde «el castigo en realidad encubre a un enfrentamiento y aparece como un acto de justicia» (2). O sea, estamos entrenados desde que nacemos a ver la obediencia -en su calidad de principio abstracto y absoluto- como un importante valor social, y a castigar ciegamente según nos lo pida quien sea para nosotros una autoridad ‘legal’ en ese momento, a la que asumimos como si fuera también legítima. Entonces, implícitamente, se normaliza, se legaliza, la relación entre el obedecer, el castigar y la autoridad. De ahí que sea más fácil siempre asumir la actitud pasiva de obedecer: porque es premiada como ‘virtud’, porque es normalizada socialmente («todos lo hacen»), porque aleja cualquier castigo, porque finalmente reproduce un ordenamiento social al cual se está adscripto y en el que se cree ciegamente que es el mejor y, desde el ‘fin de la historia’, el único realmente viable.

Intentemos ir desgranando un poco esta complejidad del desobedecer, para así penetrar la lógica y la acción de Gandhi. Señala Stanley Milgram, investigador preocupado por desentrañar las condiciones de obediencia social en que se construyó el genocidio nazi de la segunda guerra mundial, que «la desobediencia es el último medio por el que se pone fin a una tensión…reformula la relación entre sujeto y autoridad…(se crea un) carácter totalmente desconocido de la relación que (se) espera tras la ruptura…(es) un camino difícil que sólo una minoría entre los sujetos es capaz de seguir hasta su conclusión» (3). Por tanto, la desobediencia civil no es entonces un acto destructivo sino que, por el contrario, se trata de un acto profundamente creativo, innovador y activo; original en un grado máximo pues plantea una nueva relación social impugnadora del orden preexistente. Se rompe una relación de colaboración implícita, basada en una legalidad, en un acuerdo tácito, que en esas condiciones reproduce la injusticia social; tampoco hay que olvidar que el ‘otro’ vive este acto como un ataque a su identidad y reaccionará en consecuencia.

2- ¿CÓMO HACER QUE LAS MASAS DESOBEDEZCAN LO INHUMANO?

Un primer aspecto muy interesante de Gandhi, aunque de inicio él plantea que en una primera etapa estas acciones sólo serían realizadas por «elementos seleccionados», es desentrañar cómo logró que grandes masas, en estado muy pauperizado en todo sentido, o rompiendo ancestrales barreras de clase, se adhirieran a formas nacionales muy amplias de desobediencia civil, logrando generalmente, dentro de lo posible, evitar desórdenes mayores y mantener una disciplina de confrontación y sacrificio notable. Hay que puntualizar que las acciones eran desencadenadas desde una reflexión compleja, traducida en forma sencilla para las grandes mayorías, lo que hacía que quienes participaran allí lo hicieran dentro de un largo proceso de toma de conciencia acerca de su propia dignidad y poder ; no se trataba de formas ciegas de acciones de masas. Entender esto último fue de las cosas más difíciles para los ingleses, y en general lo es siempre por parte de quienes detentan el poder de la fuerza material, los cuales no están entrenados para distinguir la originalidad en cierto tipo de movimientos sociales justicieros de desobediencia civil, y caen por tanto en la aplicación mecánica de la represión, creyendo que se trata de la manipulación de unos pocos ‘iluminados’ -aunque ‘huelan’ a santidad como el Mahatma- y no distinguiendo entonces la fuerza de la toma de conciencia de un pueblo que se levanta claro en su autoestima y dignidad (4).

De ahí que tenemos aquí una primera observación fundamental de inicio: hablar de Gandhi y no del movimiento masivo de liberación de la India es un obstáculo para entender realmente los hechos; hablar de Gandhi y no de una cultura de la no-violencia activa -él mismo la llamaba «más antigua que las montañas»- representa el mismo problema, pues reduciríamos un fenómeno cultural de larga duración a algo coyuntural político de corta duración, sin por ello negar este aspecto, sino que desde él realizar un análisis más profundo. Todo esto no quita nada al gran valor humano, espiritual e intelectual del pequeño hombre gujaratí del que, según un senador norteamericano, «costará mucho a las generaciones futuras creer que alguien así vivió en la humanidad».

Gandhi siempre sostuvo que el verdadero problema a resolver era el cambio dentro de los hindúes y no la expulsión de los ingleses, por tanto una vez asumida esta nueva conciencia como pueblo, los ingleses se tendrían que ir en forma natural. Su axioma era: «nosotros somos 200 millones, ellos son 200 mil, no tienen ninguna posibilidad de quedarse si no se lo permitimos; cuando entiendan esta sencilla razón seguirán el camino indicado». El problema entonces se desplazaba de la expulsión física de los ejércitos imperialistas, a la ruptura de la ignorancia popular hindú y la consecuente construcción de conocimiento, imprescindible para una toma de conciencia liberadora. Lo que se debía promover en la cultura hindú era la recuperación de la dignidad, de la autoestima, de la historia respecto al resto del mundo, de las tradiciones que permitieran el pleno empleo y la autosuficiencia.

Al respecto no resulta nimio el hecho que el primer instrumento de la resistencia civil parte de la adopción de las lenguas locales, factor indispensable para inculturizar el movimiento.

Pero ¿desde dónde imprime el movimiento gandhiano los ejes, inteligibles para el pueblo y para el adversario, para esa toma de conciencia masiva, las consecuentes acciones de desobediencia civil y su triunfo final en la lucha?

Aquí las sugerencias pueden ser amplias, pero me parece que dos elementos desencadenantes para la impugnación son: la expansión capitalista y la legalidad inglesas; los dos pilares del dominio.

Si profundizamos un poco la acción hindú y el pensamiento gandhiano, veremos que no se trata de acciones de desobediencia civil aisladas, coyunturales, sólo con fines inmediatistas, sino que están articuladas en un «Programa Constructivo de la India» que plantea un modelo de desarrollo (o anti-desarrollista) diferente para la nueva nación. La propuesta alternativa al modelo capitalista occidental se denominaba «Swaraj» (autogobierno), y se basaba en la construcción de formas de autonomía política, cultural y productiva desde los poblados campesinos, en su autosuficiencia y descentralización a todo nivel.

Sostenía Gandhi que «el tema de la desobediencia civil va inserto dentro de un programa constructivo…sino es sólo una bravuconada o es inútil». O sea la desobediencia civil es uno de los caminos para construir esta nueva cultura y realidad, habla no de una acción en sí misma sino del deseo de un nuevo orden social; se trata en el fondo de la impugnación del capitalismo occidental. Me parece relevante este primer aspecto para no perder la perspectiva de las luchas, para explicar también la determinación del pueblo, aunque claro que llegar a comprender realmente toda esta magnitud es un largo proceso.

Por otro lado, también es cierto que si bien en el plano estratégico de la desobediencia civil resulta determinante insertar los hechos dentro de una alternativa de orden social más amplia, en el plano de la táctica no hay que olvidar que es importante plantear a las masas objetivos claros, concretos, fáciles de entender por todos, que muchos puedan participar en sus diferentes etapas y que sean racionalmente alcanzables (5).

Entra asimismo entonces una ulterior consideración: la desobediencia civil -al igual que cualquier acción de lucha social- se construye dentro de una sucesión de hechos que van desencadenando diferentes acciones, cada una de las cuales es ya un objetivo en sí mismo; nosotros a veces podemos perder de vista esta dimensión del proceso por la envergadura del resultado final de la sucesión de acciones (6). Pero sin aferrar esto sería imposible desentrañar la construcción y reproducción de esa toma de conciencia y activismo.

No es tampoco casual que las mayores acciones nacionales de desobediencia civil en la India -no así en Sudáfrica- fueran dirigidas a partir de la confrontación de ejes económicos: la principal industria británica -los textiles- y su monopolio productivo -la sal. Hay aquí un segundo elemento que nos puede ayudar a entender esa toma de conciencia masiva: el manejo del universo de lo simbólico. Se convoca a partir de objetos materiales muy concretos, que son parte y afectan la cotidianidad directa del pueblo, que éste comprende inmediatamente las consecuencias prácticas de su liberación, y además que el adversario siente un efecto directo sobre el poder y la estructura de su dominio. El símbolo de la autonomía es la rueca -antiguo telar manual- y el de la desobediencia civil es la sal -elemento clave en la explotación económica y política inglesa.

Así, el movimiento gandhiano tiene la característica central de estar perfectamente inmerso dentro de la cultura del pueblo (7), atraviesa las clases sociales horizontal y verticalmente, habla desde una propia simbología común, y se mueve constantemente hacia adentro de esta identidad y hacia afuera sobre la identidad del opresor. El mismo Gandhi, en su identidad, había conocido bien ambas culturas, algo que le daba una perspectiva mucho más completa del conflicto.

Como complemento de lo anterior, no podemos dejar de considerar, como un tercer factor, la identidad social del pueblo hindú, y del mismo Gandhi -considerado a su pesar por todos como una «Alma Grande»-, para quienes el factor religioso es central en cualquier determinación de acción social e individual. Me refiero a lo religioso sea en cuanto a una serie de prácticas materiales y espirituales, que a la creencia en determinados valores que originan conductas sociales.

Sin embargo, no puede obviarse cómo Gandhi mismo fue también un impugnador de lo inhumano en su propia religión -a la cual no consideraba tampoco más verdadera que otras-, empezando por el lugar humano y social que otorga a los «intocables». En este aspecto, es relevante la relación que establece entre religión y política (entendida como el «bien común», el «servicio a los más pobres e ignorantes»): «Mi devoción a la verdad me llevó al campo de la política; y puedo afirmar sin el menor asomo de duda, y por supuesto con toda humildad, que aquellos que sostienen que la religión nada tiene que ver con la política, no conocen el significado de la religión» (8). En el terreno de lo religioso, ésta es siempre una idea muy cuestionada y difícil de instalar en el pensamiento y la acción de las masas, porque la construcción social de la religiosidad institucional pasa frecuentemente por la idea contraria, por motivos que van desde la ignorancia, mala interpretación o intereses de poder y dominación. Gandhi no sólo lo enunciaba sino que lo hacía vida y símbolo en cada movimiento: las acciones de lucha social terminaban cada día con un enorme mítin donde se iniciaba con espacios de oración, para posteriormente continuar con algún breve discurso político-social. Quedaban así fusionadas en la práctica cotidiana de la acción, ambas dimensiones: la religión ‘aterrizaba’ con la política y ésta se ‘elevaba’ con la moral.

Resulta también interesante explorar cómo Gandhi logra transformar masivamente una forma de religiosidad bastante pasiva en lo social y fatalista en lo teológico, como es el hinduismo, en un despertar de activismo social del pueblo. Él produce un cambio sustantivo de calidad en la acción popular, diría incluso no sólo de los hindúes: se pasa de la milenaria «resistencia pasiva» a formas originales -en la historia humana- de «resistencia o desobediencia civil activa». Tenemos aquí todo un desafío para profundizar acerca del cómo se da este proceso tan complejo y raro de lograr, sabiendo que sus efectos no se originan por un simple seguimiento mecánico a órdenes dadas por un hombre considerado santo por las mayorías, sino que para desencadenar acciones tan masivas, largas en el tiempo y mantenerlas se necesita lograr una toma de conciencia en la gente, algo más profundo y duradero.

Este aspecto político religioso contribuía también en un cuarto aspecto, determinante en la acción no-violenta: la mirada sobre y desde el ‘Otro’ (la otredad o alteridad), cómo tocar su conciencia y poder material, la necesidad no de derrotarlo sino de encontrar juntos una solución justa para ambos del conflicto. Pero Gandhi era también un hombre muy práctico, y sabía que la conversión del adversario a la verdad podía llevar mucho tiempo y que las víctimas de la injusticia no podían esperar, por lo que se debían empujar acciones de presión que aceleraran este proceso.

En toda lucha social se tiene delante a un adversario y a una adversidad personificadas en alguien, quien a su vez en un doble movimiento nos tiene a nosotros enfrente. No podemos perder de vista esta doble mirada en que cada identidad es observada y vivida. La cultura en que se instala esta confrontación se encuentra ampliamente constituida desde la violencia y la destrucción del otro, quien es a priori definido como «enemigo». Entonces el gran desafío estará en otorgarle una humanidad a él, en saber que comparte actitudes y características mucho más similares de las que quisiéramos con nosotros, que está entrenado para obedecer ciegamente y castigar como nosotros. Para ese proceso de humanización del adversario, central en la forma de lucha gandhiana, es imprescindible instalar colectivamente una ética y una moral de la acción, nacidas del conocimiento. Todo esto fue constantemente reiterado por Gandhi, y le causó innumerables incomprensiones sobre todo por quienes estaban en su propio bando; incluso fue parte de las causas que lo llevaron a la muerte.

3- CARACTERÍSTICAS DE LA DESOBEDIENCIA CIVIL

Ahondemos ahora un poco en la caracterización de este tipo de acciones de la no-violencia activa, ya no tanto desde la construcción de las masas para su movilización, sino desde las formas en que se expresan y relacionan con el orden social.

Apunta el propio Gandhi, cómo «la desobediencia, para que sea civil, tiene que ser sincera, respetuosa, mesurada y exenta de todo recelo. Tiene que apoyarse en principios muy sólidos, no verse nunca sometida a caprichos, y sobre todo no dejar que la dicte el odio y el rencor» (9). Retoma aquí lo que señalábamos antes respecto a la gran complejidad humana que Gandhi plantea acerca de la relación moral y física hacia al adversario. Pero lo plantearemos desde los efectos que se busca producir en él, en su conciencia, y no tanto en la mirada hacia él.
Así, lo primero que busca la desobediencia civil es desarmar moralmente al otro, a partir de hacer evidente una «verdad». Aún en el planteamiento de las acciones civiles más complejas, más multitudinarias, lo inicial a lo que realmente se hace referencia es a un cuestionamiento del estado moral del otro. Es lo primero que debe quedar al desnudo, por eso es tan fuerte su impugnación. Entonces, el plano inicial en el que se da la confrontación no es en el de la acción material de los cuerpos sino en el de la moral. Cabría entonces cuestionar el término «no-violencia» -al mismo Gandhi no le gustaba e inventó una palabra para definir su lucha: «Fuerza de la Verdad» (Satyagraha)-, ya que en realidad se trata de una poderosa violencia, que sin embargo usa un cierto tipo de armas (morales) para desarmar al adversario, que no buscan su destrucción (10).

Hay que puntualizar que desde el plano de la moral Gandhi también establece una impugnación a la moral occidental burguesa. No la considera como la construcción de un simple bienestar material individual y familiar, a costa de cualquier tipo de relación de explotación laboral, aunada al cumplimiento de los «deberes ciudadanos», sin importar a quien afecten. Para él el principio superior se centraba en el «bien común», por encima de cualquier privilegio individual.

Otro aspecto que me parece clave es la relación que se establece con el orden de lo legal. Porque finalmente esta forma de acción no-violenta conlleva, de algún modo, romper la cooperación con una cierta legalidad. Partimos del hecho que el paradigma del surgimiento de los Estados-Nación es justamente lo legal. O sea, el Estado se convierte en el regulador de la moral pública y privada. La mayoría de la población no logra ver que toda esa forma de legalidad, articulada en un conjunto de leyes y decretos, es una larga construcción social e histórica, a partir de una clase social -la burguesía- y sus alianzas, con la exclusión de otros sectores. Entonces la ley aparece con un carácter sagrado e indiscutible, olvidándose que ella está siempre sujeta a cambios y perfectibilidad, no es estática y puede llegar a reproducir lo inhumano.

Gandhi, aún con su origen de abogado, o precisamente por eso, invierte este paradigma legal: sitúa la ley moral por encima de la ley jurídica. Es algo que no sólo Gandhi ha hecho, sino que en muchas tradiciones humanistas y religiosas desde sus orígenes se ha planteado. La historia del cristianismo ha sido así reiteradamente, la misma constitución de los Estados Unidos o la «Declaración francesa de los derechos del hombre y del ciudadano» afirman justamente el derecho de resistencia ante formas de usurpación (11). Entonces Gandhi sostiene: «La desobediencia civil es la violación civil de las leyes morales y opresivas»; rechaza colaborar con una medida corrupta del Estado. Y agrega que «se obedece a las leyes por la conciencia, no por temor a las sanciones…La desobediencia civil, es un derecho inalienable de cada ciudadano»; reprimir la desobediencia es como tratar de aprisionar a la conciencia (12).

Se vincula así el tema de la desobediencia civil con el tema de la legitimidad moral antes que el de la legalidad jurídica, como un derecho de cada persona a partir de su conciencia.

Se convierte así en un «deber desobedecer a toda orden inhumana» (13). Por otro lado, no hay tampoco que olvidar que Gandhi tenía también un profundo respeto por las leyes y el ordenamiento británico al respecto, pero asimismo no desconocía su necesaria transformación y finitud; nunca promovió formas ciegas y arbitrarias de desobediencia civil, que se transformarían asimismo en peligrosas situaciones de descontrol social.

De esta forma, se va creando de hecho una forma de organización legal y política paralela al Estado, se va constituyendo una dualidad de poder. En efecto, Gandhi sostenía algo que también afirman hoy día los tecnócratas neoliberales, pero con otro sentido. Basándose fundamentalmente en Thoreau, un anarquista norteamericano que también se opuso a la invasión de E.E.U.U. a México a mediados del XIX — dice: «El mejor gobierno, es el que gobierna menos». A través de la desobediencia civil se van así acotando las excesivas funciones y atribuciones del Estado, en aras de desarrollar formas autogestivas y autónomas de democracia popular aldeana. Es el gran modelo del Swaraj.

Como complemento del mismo tema, Gandhi plantea que en las relaciones de poder político éste se deposita en la voluntad y beneficio de las mayorías empobrecidas. Dentro del «Programa Constructivo» que lanza para la India en 1945, propone la siguiente reflexión: «Un estudio superficial de la historia inglesa nos ha hecho pensar que todo el poder llegue al pueblo por los parlamentos. La verdad radica en que el poder está en la gente y es confiado momentáneamente a quienes ella puede elegir como representantes propios. Los parlamentos no tienen poder y ni siquiera existencia independientemente del pueblo. Convencer al pueblo de esta sencilla verdad ha sido mi tarea en los últimos veintiún años. La desobediencia civil es el depósito del poder». Así, la obediencia es voluntaria y puede ser retirada en caso de injusticia.

Pasando ahora un poco al terreno de la acción propiamente dicha, una característica central de la desobediencia civil está en la necesidad de mantener una continuidad de las acciones en el tiempo. Es una de las tareas más difíciles y a la vez determinante para los logros. Para ella hay que hacer cálculos obligados con las propias fuerzas y armas materiales (cuerpos) y morales. No podemos olvidar que el movimiento de liberación hindú duró varias décadas, tuvo momentos muy contradictorios donde murió bastante gente de los dos bandos, y requirió en Gandhi, la dirigencia, el pueblo y los ingleses de la construcción de un alto grado de paciencia. Sin ella no puede pensarse en implementar campañas masivas de desobediencia civil.

Decía Gandhi: «La desobediencia civil, masiva o individual, es una ayuda al esfuerzo constructivo, es un válido equivalente a la rebelión armada. Una preparación es necesaria, sea para la desobediencia civil que para la rebelión armada, pero los modos son diferentes».

Las campañas se preparaban con bastante tiempo, con voluntarios entrenados especialmente; en particular los «satyagrahis» constituían un ejército de no-violentos. Existían también los llamados «activistas de aldea», quienes eran enviados a vivir en las aldeas igual que las personas locales, y promovían desde la higiene hasta la organización. Otro grupo de activistas eran las «brigadas de paz». O sea, se fueron creando equipos de voluntarios que se dedicaban a profundizar con las comunidades en el sentido de las acciones de la no-violencia y de por qué se desobedecían ciertas injusticias. Asimismo, en las semanas previas a las grandes movilizaciones iban brigadas a las aldeas que se atravesarían para explicarles los motivos y buscar su adhesión.

Además de esta gran movilización humana informativa, Gandhi utilizaba otro instrumento con mucha tenacidad: la prensa. Sea en Sudáfrica con el «Indian Opinion», que en la India con el «Harijan» y el «Young India», él funda periódicos en los cuales escribía constantemente y que llegaban a toda la población, pudiendo así explicarse mejor y tener más adhesiones a la causa. A su vez, cultivaba con igual perseverancia su correspondencia privada con todo el mundo, ampliando con ello el número de aliados. Estaba así en constante diálogo -directo o indirecto- en varias dimensiones a la vez. A las acciones le imprimía también un fuerte carácter público, movilizando a la prensa nacional e internacional, a partir de una característica central de la no-violencia activa: avisar antes al adversario de lo que se iba a realizar, evitando todo lo que fuera secreto u oculto.

En cuanto a las formas en que se expresa la resistencia, ésta puede ser encubierta o cotidiana (característica en la disidencia totalitarista, en las minorías étnicas…), o abierta y civil, donde se deja expresamente de cooperar con una ley injusta. Gandhi utilizó varios instrumentos para desarrollar ambas formas de resistencia activa, en especial promovió entre los de mayor intensidad: el ayuno, el boicot y la desobediencia civil propiamente dicha.

En todos ellas recalcaba, como sosteníamos antes en otro sentido, que la organización para una acción de desobediencia civil gira en torno a una injusticia específica de la cual los campesinos (kisans) tienen conciencia: «No necesitan los campesinos prédicas sobre la no-violencia. Dejen que aprendan a usar la no-violencia como un remedio eficaz que puedan entender y, más tarde, cuando les dirán a ellos que el método que estaban usando era no-violento lo reconocerán rápidamente como tal» («Programa Constructivo»). Aún siendo Gandhi una persona con una gran visión de ideas, de teoría, era una gente por otro lado muy práctica. Él habla de lo que es la lucha no-violenta y la construcción del conocimiento prácticamente en todas partes del mundo a nivel de pueblos: primero se realiza la acción desde una tradición cultural y posteriormente viene la toma de conciencia de lo que se hizo y su conceptualización.

Agrega al respecto: «La desobediencia civil no puede nunca ser dirigida a una causa general como la Independencia. La cuestión debe ser precisa y en grado de ser entendida; y el adversario debe poder rendirse… Es un estímulo para los combatientes y un desafío para los adversarios». Esto me parece muy interesante, resalta el hecho de que no se trata de una estrategia para grandes abstracciones, sino de una táctica para cosas muy concretas, y la prueba está en que la acción de mayor envergadura dentro de la lucha independentista hindú es la que realizan respecto a la sal.

Hacia los años ‘30-‘31, en medio de un período caracterizado por diferentes dificultades en la lucha no-violenta gandhiana, con largos momentos de inactividad ante la duda de qué hacer, Gandhi, tras larga reflexión, decide reiniciar una campaña de desobediencia civil más determinante que las anteriores a partir de un símbolo muy fuerte en la cultura hindú: la sal, cuyo monopolio de extracción, y también de venta, pertenecía a los ingleses. Nadie más en la India podía producir uno de los dos elementos indispensables para la vida humana, y que era parte del propio territorio. Otro dato significativo: de los 800 millones de dólares que los ingleses recababan anualmente de impuestos en la India, 25 millones eran por la sal. La sal representaba entonces un porcentaje muy alto de lo que los ingleses absorbían de la economía hindú (14).

Había allí una doble simbología y efecto práctico en la aplicación de esa ley: al interior del pueblo hindú en su dignidad -le era expropiado un instrumento clave para su sobrevivencia- y en su economía -pagaba mucho por algo que le pertenecía «como el aire»-, y al interior del dominio británico -era una importante fuente de ingresos económicos y de supremacía política.

Después de largos recorridos informativos en las aldeas, se decide realizar del 2 de marzo al 5 de abril de 1930 -24 días- una marcha de aproximadamente 400 kilómetros, de Ahmedabad hasta la ciudad costera de Dandi. La larga caminata es iniciada por Gandhi con algunos satyagrahis y en el camino se les va uniendo mucha gente, hasta llegar una multitud al mar, quien toma el agua, la fusiona y extrae allí mismo la sal, para posteriormente venderla por todos lados. En ese gesto se reafirma, a partir de la violación de esa ley inhumana y soportando la posterior represión violenta inglesa, el derecho hindú a su propia identidad y autodeterminación.

Se desencadena entonces un nuevo proceso de muy alta intensidad en la lucha no-violenta de la India. Inmediatamente millones de personas empiezan a movilizarse en diferentes formas alrededor de todo el país. No solamente se unieron a la marcha o empezaron a producir y vender sal de manera autónoma en otros lados, sino que se dan también huelgas, rechazos a pagar impuestos, manifestaciones de todo tipo. O sea, a partir del símbolo de la sal se crea todo un movimiento de desobediencia civil nacional, de una envergadura notable sea en la multiplicidad de sus expresiones que en la intensidad de sus adherentes.

La primera reacción inglesa es arrestar a Gandhi y a mucha gente alrededor suyo; se da así otra de las características de la desobediencia civil no-violenta: llenar las cárceles hasta desbordarlas y así invertir el problema creándole una dificultad seria al opresor. Asimismo, la mejor prueba del involucramiento popular masivo en esta acción es que en las ciudades, en las comunidades, en las aldeas de todo el país, siguen igualmente organizándose rápidamente protestas y durante un año la gente no para de recoger sal del océano y manifestarse en muy diversas formas. Hasta que, finalmente, en marzo del ‘31 se firma un pacto (Gandhi-Irwing) con los ingleses donde éstos reconocen el derecho de extraer sal a las poblaciones costeras, liberan a los presos y devuelven algunos bienes confiscados a los activistas hindúes. Esta campaña de desobediencia civil, articulada en múltiples etapas y acciones, fue uno de los puntos de inflexión claves para la posterior concesión de la independencia.

Pero aquí hay también un hecho interesante y sugerente para la reflexión acerca de la desobediencia civil: muchos activistas hindúes criticaron fuertemente a Gandhi por haber aceptado ese pacto que hacía muy pocas concesiones a las demandas independentistas nacionalistas, y que surgía después de una muy intensa campaña de desobediencia civil masiva nacional. Entra entonces una característica saliente en Gandhi que consistía en su realismo político, alimentado de dos elementos: la percepción del adversario en cuanto a lo que podía en ese momento conceder, la confianza en él, y el deseo de evitar que la lucha se encamine hacia extremismos irreconciliables. Esta aceptación que la lucha es un muy largo proceso -de interacción entre lo deseable y lo posible- donde se van sumando pequeñas concesiones, se va aumentando lentamente la toma de conciencia de las masas y la dirigencia, no se puede obtener siempre en forma inmediata lo deseable sin destruir la identidad humana del otro, y a la vez se debe mantener una «firmeza permanente» en todo momento, son parte de los principios más complejos y profundos que nos deja la vida y la acción de Mohandas Gandhi junto a su pueblo.

PREGUNTAS DEL PÚBLICO:

Hemos querido recoger las preguntas que el público realizó al concluir esta ponencia, con las correspondientes respuestas del expositor.

Pregunta: ¿Cuáles son los ejemplos en y para México -en estos momentos- que expresarían el tema de la «autonomía» y la «desobediencia civil»?

¿Usted opina que la lucha del zapatismo por los municipios autónomos sería análoga a las luchas de Gandhi en la India?

R: Como comentábamos en nuestra intervención, la autonomía representa en cierta medida una «moral de la lucha contra lo inhumano del proceso social» que nos atraviesa. La desobediencia civil, a su vez, es otra cara de esta misma lucha que se realiza contra las situaciones de inhumanidad e impunidad que nos hostigan. Por tanto, ambas formas de resistencia van situadas de entrada en el terreno de la «legitimidad» de una acción y en el de una moral; ambas son formas radicales y necesarias para detener la mano del que nos agrede y, así, lograr cambiar una relación de poder injusta; son derechos que la ética y la búsqueda de la verdad con justicia y dignidad nos otorgan, por encima de cualquier construcción legalista, política o religiosa. Hacer entender esto al pueblo hindú, según el propio Gandhi, le llevó sus últimos 30 años.

Para Gandhi, la autonomía era el eje de su «Programa Constructivo para la India» (terminado en 1947), que articulaba todas las formas de liberación nacionales y los métodos usados para ellas. Partía de la convicción que la desobediencia civil sin sostenerse en una alternativa social como en su caso histórico específico, es decir, la autonomía de las aldeas perdía toda su fuerza y razón de ser, que incluso era una especie de bravuconada peligrosa.

Es en este sentido donde me parece que, con todas las salvedades históricas y culturales de por medio, hay mucha cercanía entre la acción y la moral de las luchas indígenas mexicanas -sobre todo las recientes- con las campañas gandhianas al respecto. En los últimos tiempos el tema de la autonomía y la resistencia civil en México han adquirido una gran centralidad, sin por ello olvidar que ambos forman parte de una rica y larga historia nacional que ha abarcado a identidades sociales muy diversas, además de la indígena, como los universitarios, obreros, campesinos…

Recientemente, el movimiento zapatista nacional -con sus múltiples aliados- ha encabezado las reivindicaciones autonómicas. Y aquí me parece que en ellas se rescata un primer elemento importante, no sólo característico del gandhismo sino aportado también por otras vertientes no-violentas más amplias, es decir: el tema de la búsqueda de la ruptura de las relaciones sociales y de poder excluyentes, dependientes y, por tanto, inhumanas e injustas. A las vez, se proponen la creación de nuevas relaciones, no ya desde esas relaciones basadas en una correlación económica y política desigual, sino desde la realización de una autonomía local y regional, que parte de una historia, de una cultura o visión del ser humano en su relación con el Otro, diferentes. La homogeneización de la población que construyeron los estado-nación para su desarrollo, viene sustituida en esta propuesta por una pluralidad -de forma y contenido- basada en la diversidad, que abre caminos originales y que crean mucha incertidumbre en las esferas del poder político y económico, precisamente por esa ruptura de los mecanismos de dependencia a todo nivel.

De ahí que la primera acusación al zapatismo respecto al tema de la autonomía, es de que atenta contra la «soberanía nacional», contra «lo que es México como nación», de querer separar a Chiapas del país. Con esta crítica se sobrepone un tema de justicia social y política en el terreno de la soberanía del estado-nación, desde donde se buscará obtener -a través de amplias campañas chauvinistas en los medios y discursos oficiales- un gran consenso de la población que en general tiene introyectado el principio básico -desde el kínder- de la «unidad del país a toda costa», bandera central histórica utilizada ante el sentimiento de amenaza y desintegración provocado por las constantes invasiones extranjeras. Esto ha obstaculizado percibir a los zapatistas como un movimiento social original y a considerarlos como grupos de indígenas ‘ingenuos’ manipulados por «intereses del extranjero» (léase Marcos); casi el mismo cuento de la Conquista y la Colonia, en su percepción del valor indígena.

Pero si quitamos esta cortina de humo que intencionalmente el régimen está construyendo para no dejar ver esta realidad, encontramos que la creación de los «municipios autónomos» en Chiapas responde a una forma real de «resistencia civil». Ante el no cumplimiento de lo firmado en los «Acuerdos de San Andrés» por parte del gobierno, las bases de apoyo zapatistas -civiles desarmados- deciden «tomar la palabra» de esos acuerdos y empezar a transformarlos en acciones concretas. Como empezamos a ver incipientemente, el régimen comenzará a localizar esta situación en el tema de la «legalidad» y no en el de la «legitimidad», ignorando el cumplimiento de los Acuerdos y señalando a las bases de apoyo como «transgresores» de la ley (siendo ésta el eje de la unidad nacional).

Al igual que en el gandhismo, la autonomía indígena del «mandar obedeciendo» y del «para todos todo, nada para nosotros», supone un sistema integral que realiza lo económico, lo político, lo social y lo cultural. Propone la descentralización del poder, donde cada comunidad y región tienen amplios márgenes de decisión política desde el punto de vista del orden jurídico, parte de la libertad de elección de modelos que respondan lo más posible a su historia y sus costumbres, a su propia identidad. Sus representantes son escogidos en forma endógena, es decir, desde dentro de la comunidad, y se articulan -en lo que Gandhi llamaba «círculos concéntricos»- con otras instancias locales, regionales, estatales y nacionales; y pueden ser removidos de sus cargos, por la comunidad, en el momento que dejen de «mandar obedeciendo» (al interés común mayoritario).

Desde el plano económico, los municipios autónomos chiapanecos proponen la creación de proyectos productivos que les permitan ser lo más autosuficientes posible en los terrenos de la alimentación y de la salud. Gandhi, proponía como eje de la autonomía a la aldea, o comunidad como diríamos nosotros, que busca lograr en lo posible su autoabastecimiento y todos y todas una ocupación. En esto hay una notable similitud con el zapatismo, pues en el fondo ambos movimientos se caracterizan de raíz en impugnar fuertemente el proceso material y cultural de acumulación y reproducción capitalista occidental; en intentar crear formas alternativas de mercado y evitar la explotación laboral asalariada buscando otras formas de relaciones laborales. No olvidemos que el levantamiento zapatista estalló el día en que entraba en vigencia el Tratado de Libre Comercio Norteamericano, paradigma de la globalización en el área.

Finalmente, ahondando un poco más respecto a la «resistencia o desobediencia civil», otra similitud que encontramos entre el zapatismo y el gandhismo, la encontramos en que el zapatismo ha ensayado -después y antes del 12 de enero del 94- constantemente métodos de acción no-violentos activos, que han involucrado a grandes masas de la sociedad civil mexicana. Han convocado a cinturones y campamentos de paz, a caravanas solidarias, a marchas y conciertos, a diálogos y consultas populares, a monumentos simbólicos de la paz y el diálogo nacional…en fin, «han aspirado a que sus armas sean inútiles» (todos recordamos seguramente el desfile de los milicianos en la inauguración del Aguascalientes de agosto del 94, con sus fusiles que llevaban atado un pañuelo blanco en la punta). Con esto no pretendo ocultar el origen armado del movimiento en su carácter público nacional, sino sólo contextualizar su acción militar dentro del tema de la «autodefensa armada», del «Ya basta!» desesperado ante tanta exclusión y exterminio, y no situarlo dentro de un panorama de desestabilización y provocación de la violencia social nacional, como se pretende mostrar por algunos sectores. La historia mexicana y mundial han encontrado aquí un hecho de gran originalidad respecto a la relación entre violencia y no-violencia activa, no puede ser reducido a fórmulas mecánicas, preestablecidas y simplistas, con gran repercusión del movimiento dentro y fuera de México.

La «desobediencia civil» es un derecho legítimo del pueblo sobre cómo comportarse ante una injusticia, reconocido por las principales constituciones internacionales. El carácter de «acciones terroristas» le es dado muchas veces por los regímenes que con estas acciones ven cuestionados sus privilegios y arbitrariedades. Sólo por citar algunos ejemplos, en la segunda mitad de este siglo, la historia nos muestra ejemplos trascendentales al respecto donde se cambiaron leyes inhumanas, se quitaron a tiranos o se democratizó a la sociedad y su forma de gobierno: Estados Unidos (derechos civiles y políticos de los negros), Sudáfrica (fin del «apartheid»), Europa del Este y la ex-Unión Soviética (fin de los gobiernos comunistas), Filipinas (caída de un dictador), América del sur (lucha contra la impunidad de las dictaduras), México (lucha contra el fraude electoral y por justicia social), etc.

P: ¿Cuál sería la analogía de la marcha de la sal con el zapatismo?

R: Como decíamos, hay que evitar caer en transpolaciones mecánicas o idealistas entre los dos movimientos que intentamos comparar, a partir del eje de su concepción respecto a la autonomía. Sin embargo, hay temas de fondo que tienen una correlación entre ellos. Por ejemplo, usted me cita la mayor movilización del gandhismo en el terreno de la desobediencia civil con la marcha de la sal, que no duró poco más de veinte días de caminata hacia el mar de Dandi, sino que implicó toda una preparación anterior del pueblo tanto en las aldeas que recorrería esta marcha como en las de toda la India para adherirse al movimiento, la elección -como objetivo de la acción- de un símbolo concreto del dominio exterior que todos compartieran y rechazaran -la sal-, la implementación de una larga campaña de desobediencia civil a nivel nacional por más de un año, la capacidad de seguir y mantener esta campaña aún si los promotores -Gandhi entre ellos- fueron arrestados, y, finalmente, un detalle poco mencionado y conocido al respecto: la firma de un pacto (Gandhi-Irwin) con los ingleses para poner fin a esa campaña nacional de desobediencia. En este Pacto, según amplios sectores del pueblo, Gandhi confiaba demasiado en la palabra de los ingleses y en un primer término se obtendrían muy pocas ventajas respecto a la situación anterior a la movilización. O sea, en apariencia, se logró muy poco en comparación al gran esfuerzo continuo de millones realizado en todo el territorio nacional. Pero Gandhi quería, con su «principio de realidad», demostrar a los ingleses buena voluntad confiando en que ellos ya habían podido observar la gran fuerza de resistencia del pueblo hindú y entenderían que debían ceder paulatinamente a sus exigencias.

Fíjense entonces la complejidad del tema propuesto en cuanto a la caracterización de esta acción de desobediencia civil-algo válido para la reflexión de cualquier otra acción de lucha social-. En ella se tomaron en cuenta las formas de construcción de la acción de masas desde el aspecto organizativo hasta el moral, que ha permitido el desarrollo de una acción social con estas características:

a) su larga duración en el tiempo (continuidad) y en el espacio (todo el territorio nacional);

b) el involucramiento de todas las clases sociales del país;

c) plantearse un objetivo alcanzable que parte de un universo simbólico sencillo y profundo (la sal), capaz de ser entendido por todos pues nace de su cultura y realidad cotidiana;

d) mantener la tendencia creciente en la conflictividad de la confrontación aún sin tener un liderazgo centralizado fuerte y único nacional;

e) a pesar que algunos líderes reciben un fuerte castigo ejemplar del poder, no decae la moral del pueblo quien, al contrario, intensifica su accionar;

f) cada vez crece el número de adeptos con lo que se logra incrementar el círculo de aliados en la acción;

g) se responde no-violentamente sólo con armas morales -cuerpos y moral- a la agresión física sufrida por el uso de armas materiales y morales de parte del principal ejército existente entonces en el mundo;

h) constata que las acciones de desobediencia civil necesitan reparación y claridad en su método y objetivos, para que no se reviertan en sus efectos y no se cree un caos incontrolable;

i) aumenta notablemente la autoestima y la capacidad de resistencia y sacrificio del pueblo hindú en su lucha de independencia;

j) toma en cuenta el «principio de realidad» en el acuerdo final, sabiendo que una lucha social es un largo proceso para ir haciendo cada vez más amplio el espectro de la realización de «lo posible» -sin destruir ni perder la confianza en el adversario para ello- y acercarlo a lo deseable.

En este sentido, creo que esta acción gandhiana despierta muchas reflexiones, no sólo para comprender e intentar leer al zapatismo sino para cualquier movimiento social. El zapatismo creo que ha buscado aplicar varios de estos aspectos en su diversidad de acciones y propuestas, a partir de una cultura diferente. No le ha sido fácil por muchos factores que inciden en la historia de las luchas sociales en México como la ‘fragilidad’ de la sociedad civil -que ahora es más un deseo que una materialización concreta- debido a la presencia por largos años de un régimen único y monolítico. A la vez, lo que ha podido hacerse -que es mucho- es gracias a la larga construcción de una «reserva moral» en la sociedad mexicana, que ha permitido, de manera desarticulada, detener en varias ocasiones la guerra como confrontaciones armadas directas entre los bandos implicados.

Hay un hecho muy interesante de la reciente historia nacional mexicana que tiene similitud con la marcha de la sal: me refiero a la «marcha zapatista de los 1111» de septiembre del año pasado. Fue un largo recorrido -en autobús por la distancia- por toda una zona del país, que los pueblos involucrados acompañaron con entusiasmo y respeto, donde se pudo difundir la causa. El simbolismo de los 1111 fue interesante, ya que representaba el número de comunidades chiapanecas adherentes al zapatismo, y además se llegó hasta el zócalo de la capital, símbolo del poder central pero también de la mexicanidad, desde Tenochtitlán. esta acción tuvo entonces un doble carácter: se ‘tomó’ -junto a una gran masa civil que los acompañó- un espacio que simboliza al poder nacional y, a la vez, representó la ruptura del cerco militar al que las comunidades zapatistas estaban sometidas en su tierra. Así, la sal -elemento vital para la subsistencia y monopolizado por ‘otros’- podría equipararse al zócalo y la sociedad civil -espacios vitales para la subsistencia zapatista.

P: Si bien es cierta la heterogeneidad de las luchas sociales que suceden a lo largo y ancho de México, también es cierto que puede haber un proceso de «inhumanidad» que atraviese a todo el país, aunque de manera heterogénea. ¿Podría decirnos qué opina al respecto?

¿Usted opina que hay en marcha un proceso de exterminio de las formas que expresan la lucha por la autonomía y/o las formas de desobediencia a lo inhumano?

R: Resulta evidente que las luchas por la autonomía -en el sentido profundo que mencionábamos- que van acompañadas por expresiones de la históricamente llamada «desobediencia civil», por su fuerte impugnación a aspectos de inhumanidad del sistema capitalista, en una de sus fases hegemónicas, van a recibir fuertes ‘descargas’ de violencia para ser interrumpidas, aún antes de nacer. Esto empieza desde la construcción social de la «obediencia debida y acrítica a toda orden que la autoridad imparte», misma que arranca, históricamente, desde la familia y la escuela.

Pero en México actualmente la situación al respecto ha ido mucho más lejos del control social que ‘normalmente’ se ejerce hacia cualquier forma autonómica, que busque desobedecer a lo inhumano de un orden social. En los últimos años -según lo demuestran estudios rigurosos como el Cuaderno 1 de «Reflexión y Acción No-Violenta» acerca de «La conflictividad social en México del 94 al 98»- se ha venido intensificando un doble proceso en el país: por un lado, se ha dado una lenta y acumulativa ampliación de los espacios públicos políticos a individuos y grupos que antes no accedían a ellos, en lo que llaman algunos una «transición a la democracia»; pero por otro lado, se ha intensificado también la exclusión social de grandes sectores nacionales a través de la llamada «militarización» o «guerra de baja intensidad». Éste último es un proceso inobservable para la mayoría de la población mexicana, y si bien se da en condiciones de guerra -en escalas diferentes a lo largo del país- implica otra decisión que algunos llaman «exterminio», como usted bien señala en su pregunta, y está implementada principalmente por fuerzas armadas regulares e irregulares (paramilitares) del régimen.

El proceso de exterminio presenta también una doble caracterización: por un lado, se generan miles de desplazados -desterrados la mayoría- en condiciones infrahumanas y con una permanente amenaza sobre sus vidas por el cerco del hambre o por el de las armas; por otro lado, se está dando una verdadera cacería de luchadores sociales en su gran mayoría indígenas y campesinos, muy pobres, capaces de movilizar a bastante gente en sus comunidades pero sin mucha articulación regional, desarmados (mueren en situaciones donde «no hay enfrentamiento» entre los bandos) y pertenecientes a organizaciones populares que trabajan justamente hacia formas de autonomía económica y política, que rompan los cacicazgos que padecen desde siempre.

No es fácil hacer visible a la población nacional esta agresión hacia los cuerpos de los mexicanos y mexicanas indefensos, ‘desnudar’ el mal ante la opinión pública como diría Gandhi, y romper la indefensión de todos ante ello, ya que el proceso se caracteriza por desarrollarse con un gran impunidad en todos los niveles. Pero he ahí una importante lucha no-violenta para hoy en México.

NOTAS

1- Dentro de las tipologías de la no-violencia activa, escaladas según la intensidad de la confrontación y su relación con lo legal, hay algunos teóricos que afirman la existencia de cuatro niveles, cada uno de los cuales guarda relación con los otros y actúa si el anterior no es suficiente para llegar a un acuerdo:

a) diálogo e información: se busca llegar a acuerdos con el adversario y también que más sectores de la población conozcan información sobre el conflicto;

b) acción directa o popular: se desplazan masas en espacios abiertos (marchas…) para presionar públicamente, sacando el conflicto del espacio privado de las partes;

c) no-cooperación: se deja de colaborar explícitamente con alguna causa de la opresión (boicot, huelga, ayuno…) pero sin violar una ley jurídica;

d) desobediencia civil: se infringe abiertamente una ley que en esos momentos resulta inhumana (no pagar ciertos impuestos, toma de tierras…).

Para ampliar el tema, se sugiere consultar:

1- Casa del Tiempo. «La aventura de la no-violencia». DF, UAM, julio-agosto 1987, 92 p.

– DÍAZ, Álvaro. La no violencia. El qué y el cómo. Bogotá, CODECAL, 68 p.

2- Juan Carlos Marín. Los hechos armados. Argentina 1973-1976. La acumulación primitiva del genocidio. Bs. As., PICASO, La Rosa Blindada, 1996, pp. 17-41

3- Stanley Milgram. Obediencia a la autoridad. Un punto de vista experimental. Bilbao, Edit. Descleé de Brouwer, 1980, pp. 152-53

4- Algo similar está ocurriendo actualmente en México con el movimiento zapatista, al cual algunos se empecinan en calificar como una guerrilla aislada del pueblo y no como la expresión del levantamiento de un pueblo en lucha por su autonomía. Ellos proponen la «desobediencia a la exclusión social», a la que el actual modelo de desarrollo oficial los condena; la construcción moral de la autonomía implica «desobedecer a toda orden inhumana».

5- Juan Carlos Marín. La silla en la cabeza. Michel Foucault: un debate acerca del saber y el poder. Bs. As., Edit. Nueva América, 1987, p 48

6- Resulta importante aquí tener presente la relación que Gandhi establece entre el fin y los medios: estos últimos son ya un fin en sí mismos y deben ser tan puros como el fin.
Algo totalmente contrario a la cultura, en general, y a la política, en particular, que vivimos y que Maquiavelo tan bien sistematizó en su tratado sobre «El Príncipe»: «el fin justifica los medios».

7- Gandhi, después de muchos años de vivir en Inglaterra y Sudáfrica, y proviniendo él de una clase social alta, decide que antes de iniciar cualquier lucha social en la India debe conocer mejor la idiosincracia y las condiciones de vida de su pueblo. Por tanto, viaja durante un año en la quinta clase de los trenes a lo largo de todo el país.

8- M. Gandhi. Mis experiencias con la verdad. Autobiografía. Caracas, Monte Ávila Editores.

9- M. Gandhi. En lo que yo creo. Mérida, Edit. Dante, 1987, p.136

10- Juan Carlos Marín. «Armas Morales» en Conversaciones sobre el poder. (Una experiencia colectiva). Bs. As., Universidad de Bs. As., 1995, pp. 25-56

11- Las recientes experiencias de este siglo con los estados totalitarios y las dos guerras mundiales, replantean el fundamento de la doctrina de la resistencia: los límites al deber de la obediencia social y la necesidad de cómo tutelar los derechos individuales y colectivos.

2- M. Gandhi. Teoría e práctica della non-violenza. Torino, Einaudi Edit., 1996, pp. 168, 169, 185

13- Al respecto varios teóricos sociales, religiosos o escritores han construido ideas similares: en el cono sur de América se postula la «Desobediencia Debida a lo inhumano» (J. C. Marín); el padre Donald Hessler hablaba de la «Santa Desobediencia»; los escritores Kenzaburo Oé y Gunther Grass firmaron un manifiesto acerca de la «Obediencia Negada» (a lo inhumano).

14- Para ampliar el tema consultar a. Jean-Marie Muller. Gandhi l’insurgé. L’epopée de la marche su sel. París, Albin Michel Edits., 290 p.

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Asesinan 30 periodistas en 49 meses

* Suman 60 en la década panista; ninguno caso esclarecido

 

Redacción / CIMAC

cimac@laneta.apc.org

 

Defensoras del derecho a la información y especialistas en libertad de expresión manifestaron su preocupación por las constantes amenazas y agresiones contra periodistas y por las condiciones de violencia que afectan a la prensa mexicana.

En el documento El derecho a la libertad de expresión y el ejercicio periodístico, editado por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México (OACNUDH) y difundido el 12 de enero, se concluye que a las y los periodistas mexicanos los matan “casi por cualquier cosa”.

El texto fue redactado por reporteras como Sanjuana Martínez y Marcela Turati; la especialista Brisa Solís, directora ejecutiva de Cencos, y Darío Ramírez, director de Artículo 19, entre otros periodistas y expertos.

Los autores coincidieron en que las y los periodistas mexicanos trabajan en condiciones de desprotección e indefensión, lo que limita el ejercicio periodístico.

De acuerdo con organizaciones civiles, en lo que va del sexenio de Felipe Calderón 30 periodistas han sido asesinados, 11 en 2010, 65 durante una década y 12  más permanecen desaparecidos. Ningún caso se ha resuelto. Lee el resto de esta entrada »

Rompiendo el silencio: construyendo puentes. Mujeres indígenas de Guerrero

 

Patricia Ponce

CIESAS

Grupo Multisectorial en VIH-Sida del Estado de Veracruz

 

En los primeros meses de este año he tenido la oportunidad de presentar dos excelentes trabajos resultados de investigación, ninguno de los dos ha sido tarea fácil. El primero, La infancia cuenta en México 2009: las niñas, coordinado por la Red por los Derechos de la Infancia en México y Matraca, AC nos habla sobre la situación de los niños, en particular de las niñas, en México y nuestra entidad. La infancia cuenta en México no es un libro para nada amable porque nos permite darnos cuenta de que formamos parte de una sociedad en donde los niños, y especialmente las niñas, no son importantes y por ende, en ese mismo momento esta sociedad ha perdido su derecho al futuro.

El segundo, La ruta crítica que siguen las mujeres víctimas de violencia de género en su hogar, publicado por el Instituto Veracruzano de las Mujeres, tampoco es una lectura amable y no lo es porque nos habla de un fenómeno social muy complejo que compromete la sonrisa, la integridad, la dignidad, la tranquilidad, la salud y la vida de muchas mujeres veracruzanas y sus descendientes. No es grato aceptar que la violencia de género no es el resultado de conductas desviadas y patológicas sino una práctica aprendida, consciente y orientada, producto de una organización social estructurada sobre la base de la desigualdad de género. Es decir, la violencia de género es la forma mas visible de dicha desigualdad.

El libro que hoy comparto con ustedes de principio tampoco es grato y no lo es porque una  vez más salta a la vista la enorme deuda social que para con los pueblos indígenas aún tenemos: el reconocimiento pleno como sujetos de derecho y a sus territorios, igualdad de oportunidades y punto final al paternalismo, el estigma, la discriminación y el racismo.

México ocupa el octavo lugar en el mundo entre los países con mayor población indígena integrada por aproximadamente 12 millones de personas -siendo el 50% mujeres- lo que representa el 14% de la población total; sus municipios y localidades conforman la quinta parte del territorio nacional, teniendo presencia en el 36% de los municipios de nuestro país. Existen 62 diferentes pueblos que hablan más de 60 lenguas originarias y en sus territorios encontramos yacimientos petroleros, el 60% de los bosques-selvas, las principales presas hidroeléctricas y áreas protegidas y los municipios con los más altos índices de marginación.

La mayoría de ellos comparten un perfil demográfico, es decir, son pobres y mantenidos al margen de los beneficios del desarrollo económico y por ello son más propensos a la marginación política y legal, a poseer bajos índices de alfabetización y educación, menor acceso a las oportunidades económicas, a los servicios de salud, a empleos y a los conocimientos sobre la salud reproductiva y sexual.

En este contexto el estado de Guerrero destaca -conjuntamente con Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Veracruz- por su condición generalizada de marginación y pobreza, y para muestra un botón: casi un tercio de la población es monolingüe, posee  un 40% de rezago educativo, tiene el índice más elevado de México de hablantes de lengua indígena sin instrucción. Casi el 60% de las viviendas indígenas carecen de drenaje y sólo el 38% cuenta con agua entubada. El 95% no cuenta con derechohabiencia para la atención de su salud y quienes recurren a los servicios estatales reportan un trato discriminatorio y racista,  ejemplificado en la negación del servicio, la negligencia médica y la esterilización forzada.

Guerrero, ocupa desde hace muchos años, el primero o segundo lugar en mortalidad materna, la taza de mortalidad infantil es 29% más salta que la media nacional, la fecundidad de las indígenas es mayor que en el todo el territorio -lo que está asociado al escaso conocimiento, al restringido acceso a métodos anticonceptivos y a los servicios de planificación familiar-, la esperanza de vida de las mujeres es 1.7 años menos que la media nacional, y la ruralización y feminización del VIH-Sida empieza a verse reflejada al interior de las comunidades. Penosa situación…

El mundo femenino de los pueblos indios es aún más complejo. En nuestro país el 25% de las indígenas entre 15 y 19 años se encuentran casadas frente a un 10% masculino. Casi la mitad de las embarazadas y en periodo de lactancia están anémicas y sólo una de cada cuatro mujeres tiene acceso a anticonceptivos a pesar de desearlo. El 40% son monolingües (el 20% de los hombres). Sólo el 64% de las niñas terminan la primaria (el 68% de los varones) y en la secundaria ellas representan el 32% y ellos el 35%. El índice de analfabetismo masculino oscila entre el 20 y el 24%, frente a un femenino que va del 34 y al 42%. Esto les resta competencia en el mercado laboral – 53% no recibe ingresos y el 93% carece de cualquier protección- y sobre todo, las limita para el conocimiento de sus derechos y su ejercicio.

Las bases de la vulnerabilidad femenina se encuentran fundamentadas en los llamados usos y costumbres de los pueblos indígenas, donde destaca la dominación masculina que va de la mano con los comportamientos de género tradicionales, lo que se refleja en los matrimonios y maternidad forzadas, las prácticas sexuales de riesgos de sus parejas, el poco acceso sobre su cuerpo, la falta de decisión sobre sus derechos sexuales y reproductivos, el tráfico, la venta y la violencia de género traducida en la falta de equidad, desventajas jurídicas- económicas, el escaso acceso a los recursos, a la salud, a la educación y a la información.

Todo ello conlleva a que éste sector de la población viva con una triple  desventaja en su capacidad de decisión al ser pobres, indígenas y mujeres, con el agravante de que no se han apropiado de su derecho a la autonomía. Los llamados a la preservación de las culturas indígenas, entiéndase a mantener el estatus quo de usos y costumbres descrito arriba, niegan a los propios pueblos indios -y a las mujeres en particular- la capacidad de cambiar y transformar sus propias sociedades y culturas.

En suma, la investigación se sitúa en una entidad marcada por la pobreza, la marginalidad y la violencia de género. Es en este contexto donde viven las mujeres que le dieron dieron vida a este libro llamado La coordinadora guerrerense de mujeres indígenas: construyendo la equidad y la ciudadanía. Pero a diferencia de los anteriores libros no gratos este tiene rayos de luz, de esperanza, de alegría, de ciudadanía, de empoderamiento; refleja caminos sinuosos andados que no tienen vuelta para atrás, tiene huellas para seguir; está tejido de luchas, dolores, pérdidas, enfrentamientos, transgresiones y de escándalos. Sí, un puñado de mujeres generaron el caos en Guerrero porque se atrevieron a romper el silencio y dejar a un lado el miedo.

Es un libro que a través de la historia oral, a través de la propia voz de sus protagonistas -toda ellas mujeres indígenas- narra no sólo la historia de la organización, sino la propia vida  de cada una de su fundadoras. Por ello -como dicen sus autoras- no es un documento frío, sino vivo y cálido que recupera la mirada, la emoción, el sentir de todas las que lograron construir una coordinadora con y para mujeres que poseen nuevas formas de ser, mirarse y mostrarse.

Mujeres que enfrentaron el machismo, que lograron percibir y denunciar el rechazo, el racismo y la discriminación -étnica y de género-, que han dado la lucha para desnaturalizar la violencia y la subordinación, que se han enfrentado con otras mujeres que se niegan a que las cosas cambien; que han reconocido que tienen miedo, mucho miedo pero que han aprendido que tiene derecho a tener derechos y libertades, que han aprendido que pueden transformar su cotidianidad y sobre todo, que el tienen el poder para hacerlo.

Ellas han desarrollado la sensibilidad para reconocer la diversidad del mundo femenino,  intentando respetarlo y poseen la suficiente humildad para reconocer que a pesar del camino andado aun les falta mucho, que hay avances pero también divisiones, conflictos, diferencias internas, escasez de cuadros….

Este hermoso libro, escrito para ser leído por cualquier persona, recupera la historia para que no se olvide lo difícil que ha sido abrir espacios femeninos sobre todo al interior de las organizaciones campesinas mixtas, de los partidos políticos y las luchas étnicas regionales. Escribirlo fue la manera que encontraron para compartirnos cómo fueron construyendo liderazgos en medio de la desigualdad de género, cómo fueron acumulando experiencias para luchar por la equidad y los derechos de las mujeres, cómo aprendieron de las comandantas zapatistas Ramona y Esther, cómo fueron apropiándose de su identidad de género.

Esta es una forma de no permitir el olvido, una manera de reafirmar su presencia, su palabra en el movimiento indígena y feminista, en la lucha social, en nuestros corazones y en la historia.

Dicen que estás mujeres han generado escándalos y caos. Y cómo no? Si es una  experiencia inédita que aporta al feminismos su dimensión étnica y de clase -haciéndole ver por un lado, la especificidad de los problemas y reivindicaciones femeninas en el ámbito indígena y por otro, la necesidad del diálogo y alianzas con otro grupos de mujeres, incluso mixtos, para lograr el reconocimiento de sus culturas- y al movimiento indígena su dimensión de  género pues se atreven cuestionar los usos y las costumbres que mucha veces reproducen el sistema sexo/género. Ellas han generado caos pues pretenden crear un nuevo orden en social, público y privado, donde la felicidad tenga cabida.

No me queda la menor duda que ellas han perdido el miedo, han recuperado su voz y han logrado ir sembrando la semilla de la ciudadanía. Por ello, aunque este libro no sea un historia de amor deja alegría y serenidad en mi corazón, esta mujeres me han dado una gran lección de vida. Ángela, Brígida, Delfina, Enemesia, Epifania, Estela, Felícitas, Felipa, Hermelinda, Juana, Karina, Margarita, Rosalba, Ubali, Gisela, Libni y Martha saber que existen es un descanso para mi alma, por ello muchas gracias.

La Otra Revolución Mexicana en Barcelona

 

Nube Roja/ Barcelona

El pasado fin de semana, en Barcelona, la capital de Catalunya, colectivos y personas a título individual organizaron actividades en torno al centenario de la Revolución Mexicana.

El colectivo Mexican@s en Resistencia y el Grupo de Apoyo a la Zona Costa de Chiapas, recordaron La Otra Revolución Mexicana con una charla y fiesta rebelde en el centro social Can Vies (en el barrio barcelonés de Sants). Durante el coloquio, el eje temático fue el tema de las resistencias sociales, en particular, los aportes de la Revolución de 1910 y su significado en el contexto social y político actual. En el coloquio hablaron el activista Jaume Asens, el antropólogo Manuel Delgado y Sergio Gómez del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) en México.

Jaume Asens describió algunas características del estado de represión que los gobiernos, de corte neoliberal, ejercen en diferentes formas contras los movimientos sociales. Explicó cómo esta tendencia represiva va de la mano con estrategias políticas y económicas para controlar e imponer un sistema de dominación compuesto fundamentalmente por elites políticas y económicas.

Sergio Gómez, del FNLS, relató la experiencia del Frente como organización política y su trabajo con comunidades campesinas e indígenas de México, ante todo sobre la base del trabajo colectivo con objetivos a corto y a largo plazo. Entre otras cosas, explicó que el socialismo que intentan construir está condicionado por las circunstancias sociales de México y no buscan importar un socialismo como se haya desarrollado en otros países.

Por su parte, Manuel Delgado presentó un análisis con respecto al imaginario de la Revolución Mexicana a través del cine. En particular, le parece interesante el filme Viva Zapata (1952) de Elia Kazan, de donde Delgado extrae una lectura dramática sobre el sentido de la revolución en general: las revoluciones están destinadas al fracaso. Con este planteamiento, lanzo una pregunta retadora, existencial, que todo movimiento social debería hacerse: ¿vale la pena la revolución?

Luego de comentar esta pregunta entre los asistentes, uno de los organizadores mencionó que la actividad estaba dedicada también al 27 aniversario del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Luego del anuncio vino entonces la fiesta con la cantante mexicana Muna y el grupo de música Newen.  

Cabe mencionar que con esta actividad, Mexican@s en Resistencia y el Grupo de Apoyo a la Zona Costa de Chiapas culminaron una jornada de trabajo sobre la Otra Revolución Mexicana que duró un mes de presentaciones en diferentes centros sociales ocupados de Barcelona, donde se abordaron temas como el narcotráfico, el feminicidio y la migración.

 


¡Prohibición absoluta de la tortura!

Prensa Indígena, Enviado por ewituri el Mié, 12/01/2010 – 22:20.

(Por Natasha Pitts)*

 

Adital, 24 de noviembre.- Buscando impedir toda y cualquier forma de tortura y malos tratos, la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) está impulsando una campaña internacional en pro de la prohibición absoluta de esta práctica. La iniciativa está siendo apoyada para garantizar que se respeten los derechos humanos y se garantice la dignidad humana tanto de ricos como de pobres, de inocentes como de delincuentes.

 

La Campaña está recibiendo el apoyo de los ganadores del premio Nobel de la Paz Martti Ahtisaari, Kofi Annan, Jean-Marie Gustave Le Clézio, Rigoberta Menchú, José Ramos-Horta, Adolfo Pérez Esquivel, Joseph Stiglitz, Desmond Tutu y Jimmy Carter. Todos ya firmaron el manifiesto ‘Ninguna circunstancia permite tolerar la tortura’, que justifica por qué hay que apoyar la Campaña e intentar abolir la práctica de la tortura.

 

En ceremonia solemne, el 23 de junio de este año, Kofi Annan y Sandrine Salerno, alcalde de la ciudad de Ginebra, firmaron el manifiesto durante el lanzamiento de la Campaña internacional y llamaron la atención sobre los peligros que corre una sociedad que todavía tolera la tortura.

 

El manifiesto, que puede ser firmado en el enlace

http://www.omct.org/international-campaigns/campaign-prohibition-torture/, llama la atención sobre el hecho de que todavía hoy una gran cantidad de gobiernos permite la práctica de la tortura y de malos tratos y tolera el hecho de que la opinión pública cuestione si la práctica debe ser prohibida.

 

La existencia de la ‘Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes’, ratificada por el gobierno de 146 Estados-parte no es la garantía de que la práctica desaparezca. Por este motivo, la OMCT espera que no sólo los Jefes de Estado, sino todos los ciudadanos y ciudadanas conscientes de la necesidad de aniquilar prácticas execrables como la de la tortura firmen el manifiesto y divulguen la Campaña que ya da la vuelta al mundo.

 

Aún hoy, una de las principales justificaciones para «negar la universalidad de determinados valores éticos» es el «alegato de especificidades culturales». A pesar de las diferencias, no se debe negar que los derechos humanos pueden ser los mismos en todas las partes del mundo. Así, la cultura no puede ser puesta como una barrera.

 

Sobre esto, la OMCT deja bien en claro en su manifiesto que «el respeto a la dignidad de toda persona humana exige que la tortura esté prohibida en toda circunstancia». La Campaña de la OMCT busca justicia para todos, pero llama la atención en especial, sobre el hecho de que los pobres son los más afectados por la tortura. Precisamente éstos cuyos derechos sociales y económicos ya son violados.

 

El agravante es que «si protestan, ellos y los que los defienden son objeto de violencia, tortura o simplemente desaparecen para siempre». En este contexto, la Campaña pide respeto a los derechos de inocentes, pero también de delincuentes, que deben ser juzgados y condenados basados en las penas previstas por la ley.

 

Pide respeto también para migrantes, desplazados, indígenas, minorías étnicas y defensores/as de derechos humanos. Llama a jueces y policías a cumplir con su tarea de construir una sociedad segura y pide también a las víctimas que no nutran un sentimiento de venganza, sino de justicia y reparación.

 

Con miras a reducir de inmediato la tortura y los malos tratos, la OMCT llama a las autoridades y a las instituciones judiciales a cumplir sus obligaciones y a velar por los derechos de los ciudadanos y ciudadanas. De la misma manera, la opinión pública y los medios de comunicación deben estar atentos y vigilantes al cumplimiento de estas obligaciones.

 

Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com

* Periodista de Adital

http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1&lang=ES&cod=52610

 

CUARTA FERIA CAMPESINA E INDÍGENA

SANTIAGO TUXTLA, VERACRUZ 20 Y 21 DE NOVIEMBRE 2010

Los días 20 y 21 de noviembre se realizó la Cuarta Feria Campesina e Indígena en el Parque Central de Santiago Tuxtla, Veracruz, con la participación de más de 280 campesinos y campesinas de 40 comunidades pertenecientes a 20 municipios del estado de Veracruz, además se contó con la participación de compañeros y compañeras de los estados de Oaxaca, Puebla y del DF, habiendo presencia de cuatro pueblos indígenas: nahuas, popolucas, totonacos y mixes. Esta Feria se ha realizado como parte de la Campaña sin maíz no hay país desde 2007 en Jáltipan, 2008 en Acayucan, 2009 en Catemaco, y 2010 en Santiago Tuxtla.

La Feria fue convocada por las organizaciones Comité para la Educación y Desarrollo Integral de la Mujer, AC. (CEDIM), el Centro Regional de Educación y Organización, AC. (CREO), el Frente Popular de Organizaciones del Sureste de Veracruz (FREPOSEV), y el Movimiento Agrario Indígena Zapatista, AC. (MAIZ), también participaron otras organizaciones hermanas como Hábitat para la Humanidad México, AC., Organización de Mujeres de Santiago Tuxtla (OMSA), las Amelias de Pajapan, la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo de Oaxaca (UCIZONI), el Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos AC de la Mixteca de Oaxaca (CACTUS), y MAIZ-Puebla.

Se iniciaron las actividades de la Feria con la instalación de los diversos puestos para la exposición de los productos de las y los participantes: medicina tradicional, ropa, artesanías tejidas, plantas de ornato, de vainilla, arbolitos maderables, semillas de diferentes variedades nativas de maíz, semillas de cilantro, pipian, frijol, de caoba, diferentes tipos de camote, yuca, malanga, naranjas, limones, comida tradicional como dulces de maíz (alfajor), de camote, de papaya, de yuca, de coco, nanche curtido, miel de abeja, tamales de pejelagarto, de masa cocida, chanchamitos, de frijol gordo, atole de malanga, de maíz morado, masa de cazuela, guiso de hierbamora, totopos, buñuelos de malanga, vino de chagalapole, y quesos frescos. Estos producto son una muestra y testimonio vivo de lo que siguen produciendo y consumiendo los pueblos campesinos e indígenas de Veracruz, elaborados de manera natural, orgánica, saludable y a bajo costo.

En la Feria también se dieron intercambios de experiencias productivas y de tecnologías ecológicas como la presentada por la UCIZONI en cuanto a la siembra, acopio y venta de maíz nativo en la región del Istmo, el uso del Fogón ahorrador de leña presentado por Hábitat, la elaboración de la sal mineral orgánica para el ganado presentada por un productor del FREPOSEV, entre otros. También se platicaron algunas leyendas e historias sobre el maíz que contaban los abuelos en los pueblos como parte de la cultura campesina e indígena de valoración y respeto al maíz como el centro de la alimentación y la vida.

El sábado por la noche se realizó un Fandango en el Parque con músicos y bailadoras de Pajapan, Mecayapan, Chinameca, Santiago Tuxtla, que animaron y alegraron la Feria, poniendo al son jarocho y a la celebración del Fandango como parte de la resistencia cultural, social y política de los pueblos.

El domingo se continuó con la exposición de productos en los diferentes puestos, y se platicó y reflexionó acerca de la crisis climática y sus efectos devastadores para la agricultura campesina; en la Feria participaron habitantes de pueblos y comunidades que resultaron seriamente afectados por las lluvias y fenómenos climatológicos recientes ocurridos en Veracruz, quienes dieron su testimonio acerca de los daños sufridos en cultivos y animales, y los efectos provocados a mediano plazo: pocos alimentos y semillas de reserva, pocos recursos económicos, pérdidas materiales, entre otros.

Por último, se acordó continuar el próximo año con la Quinta Feria Campesina e Indígena en Veracruz como parte del proceso de lucha y organización de pueblos campesinos e indígenas que buscan alternativas de existencia al modelo neoliberal depredador de recursos naturales y de la vida humana misma.

22 DE NOVIEMBRE DE 2010

MAIZ-VERACRUZ

XALAPA, VERACRUZ

El Ejército Zapatista en gira por el mundo

Francisco Carlos Infante 

El Sol de Zacatecas

15 de agosto de 2010

Recientemente tuvimos la oportunidad de alquilar el filme «Corazón del tiempo» del cineasta Alberto Cortés, a quien por cierto tiempo atrás dedicamos una entrevista para esta columna. 

Debo decir que siempre dedico tiempo para rentar todo aquel cine que se hace recientemente en nuestro país, para concederle el beneficio de la duda respecto de la historia, actuaciones, y como queda finalmente el producto acabado que llega a las pantallas mexicanas de todo el país. Que si bien le va dura dos semanas en cartelera pues la mayoría de las películas mexicanas sucumbe ante los cientos de estrenos de películas de Hollywood habidas y por haber.

Pero a propósito de la película debo decir que vale la pena analizarla desde una perspectiva sociológica y jurídica por dos razones. Primero por el lugar en que se desarrolla que es la selva lacandona dentro de nuestro país, y que en los hechos se ignora a los indígenas. Y no lo digo por los acuerdos y los políticos que dicen que luchan por la autonomía de los pueblos indígenas, sino por que siendo ciudadanos de este país tal pareciera que viven en el abandono.

La historia se sitúa en la comunidad de La Esperanza de San Pedro en el municipio autónomo zapatista San Pedro Michoacán, en las montañas del sureste mexicano. La película de alguna manera es testigo de la vida interna de estas comunidades, de hecho no hay actores, la película-documental es interpretada por los propios lugareños de estas tierras. Lo singular de la historia que de una manera sencilla nos damos cuenta cual es su sistema de gobierno, sus usos y costumbres. Los pueblos zapatistas de Chiapas siguen luchando por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia y sobre todo justicia social. 

La historia de México da cuenta desde aquel día primero de enero de 1994 cuando un grupo de indígenas encapuchados ocuparon varias cabeceras municipales el mismo día que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con ello desestabilizaron al sistema político mexicano en el país. 

Los pueblos indígenas resisten la ofensiva del mal gobierno en una guerra que se manifiesta como ocupación militar, despojo de tierras, represión, provocación, agresiones paramilitares y cárcel. No olvidemos que la historia la escriben los vencedores jamás los vencidos. Quizá estemos condenados a repetir nuestra historia desde la conquista. 

Resisten con dignidad e imaginación, para la construcción de otro mundo metafóricamente hablando, y esto será posible mientras construyen su autonomía y ensayan otra política y otro gobierno. La cinta se filmó, con el apoyo de la junta de buen gobierno «Hacia la Esperanza» y los pueblos zapatistas Guadalupe-Tepeyac, San José del Río, Nuevo Horizonte, Chayabes y Rancho Nuevo pero auspiciado por el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad, FOPROCINE y el Instituto Mexicano de Cinematografía IMCINE. 

Sin embargo desde 1994 a la fecha han pasado 16 años de aparente calma. No olvidemos que el 1 de diciembre de 2000 al tomar posesión Vicente Fox ordeno suspender los patrullajes y vuelos sobre las comunidades indígenas chiapanecas. Sin embargo los zapatistas plantearon tres condiciones para iniciar el dialogo: a) el retiro del ejército mexicano de siete posiciones adicionales, b) la liberación de sus presos en las cárceles de Chiapas y otros estados. c) La transformación en la ley de la iniciativa de la Cocopa.

Sin embargo en la opinión del cineasta Alberto Cortés afirma que es una película extraña, puesto que nunca se había hecho un filme con indígenas. En el cual se representaran a si mismos, con plena conciencia y que no es un docudrama donde se haya tomado a una familia que represente su vida y más o menos actúen. Aseguró que la dirección estuvo muy divertida, pues la forma en que descubrían todo fue enriquecedora para los habitantes de las comunidades donde ser rodó el filme, donde los actores no pensaban en fama, ni dinero, sino en la responsabilidad de representar un personaje de su sociedad. 

Acerca de los certámenes internacionales el director comentó que la película se estreno en San Sebastián, en el país Vasco, después se fue a Sundance, Estados Unidos, a Reino Unido, en un tour de cintas que se exhiben en diferentes ciudades. Lo importante es que en opinión de su realizador asegura que la película al ser presentada en diversos festivales por todo el mundo, se tiene otra visión y enfoque de nuestro país. 

La película «Corazón del tiempo» es la culminación de un trabajo que duró muchos años, que empezó con una visita a la comunidad de «la realidad». Pero como una visión personal del director al darse cuenta como se estaba desarrollando el zapatismo al interior de estas comunidades. es en esos momentos cuando se gesta en la mente del director realizar una película y poder aterrizar la idea para poder hacer una cinta comercial, mas en estos tiempos donde abundan las propuestas en cuanto a cine mexicano se refiere, aunque pocas son las que realmente merecen atención. 

La película de Alberto Cortés toca muchos temas como la situación de la mujer, al retratar que en las comunidades indígenas, la mujer difícilmente tiene derecho a la igualdad y que muchas veces deciden por ella como objeto para decidir con quien se casa y que hará en su futuro. Y por medio de este conflicto podemos descubrir las relaciones que se viven dentro de las comunidades, la relación que tiene el pueblo con el EZLN y como son las relaciones de autoridad dentro de una comunidad. Un dato importante es que se cumplen dieciséis años del levantamiento y 25 años de creación del EZLN. Hay jóvenes que nacieron y viven en el zapatismo en voz de su realizador afirma que los jóvenes que actúan en su filme son una generación educada del zapatismo. Me parece importante que este tipo de cintas nos adentren a lo que no se conoce o el Gobierno no nos da a conocer de la vida interna de las comunidades indígenas. Y esto sirve para ampliar el espectro en cuanto a conocimientos se refiere, en nuestro país son pocas las películas de denuncia social que logran concientizar al pueblo de México.

La lucha zapatista representa las demandas y los anhelos de los pueblos indígenas de México y es inspiración para numerosos movimientos rebeldes alrededor del mundo. Una cinta que hay que ver para forjar nuestro propio criterio sin lugar a dudas una buena propuesta, confiemos en el cine mexicano y démosle el lugar que se merece. 

* Licenciado en Derecho

* Maestro en Ciencias Penales. 

http://www.oem.com.mx/elsoldezacatecas/notas/n1745949.htm

Muertos incómodos, una reseña comentario

La moneda

GERARDO SEGURA

Lunes, 09 de Agosto de 2010

«¿Sabe usted cómo se cocinan los traidores? No se pudren de un día para otro. No se acuestan guerrilleros y se levantan agentes de Gobernación. Simplemente se debilitan. Se traicionan por cansancio, por aburrimiento, por inercia.

Es como si el tejido del que están hechos los hombres, a fuerza de estirarse se fuera volviendo guango, flácido; y en los intersticios de los músculos se fueran depositando pequeños pedazos de mierda, viejos temores. Y todo ello necesita de una permanente autojustificación, de un montoncito creciente y denso de autoengaño y explicaciones» (p. 97).

Con estas palabras explica «El Chino» a Héctor Belascoarán Shayne, detective independiente, por qué un tal Morales se cambió de bando, traicionó a los compas y delató a su ex esposa ante la policía política mexicana, que oficialmente no existe.

La más reciente aventura del legendario Héctor Belascoarán Shayne, detective independiente mexicano, corre al parejo con las peripecias indagatorias de Elías Contreras, efectivo del EZLN, único integrante de la Comisión de investigación, formada por el subcomandante insurgente Marcos, para investigar a un tal Morales.

Muertos incómodos (falta lo que falta) novela escrita a cuatro manos entre el subcomandante Marcos y Paco Ignacio Taibo II y publicada por Joaquín Mortiz, sería una novela muy divertida si no fuera tan trágica.

Ambos investigadores deben encontrar al tal Morales, el malo de la novela, según una serie de mensajes que está enviando un ex combatiente del 68, asesinado 25 años atrás. Como chiste estaría resuave de no ser porque lo que dice en los mensajes es tan real como una catedral.

Pero por debajo de la investigación se van develando secretos y realizando descubrimientos acerca de la vida política mexicana actual, que dan asco. Y lo peor: todos ciertos.

Fox, Marthita La Impía; Zedillo, Nazar Haro, Julia Carabias, doña Rosario Ibarra, Calderón, Digna Ochoa y un sinfín de personajes más de la política nacional, desfilan por estas páginas, quedando tan mal parados como sabemos que están, o afianzándose en su fortaleza, como sabemos que están los que están. Y al final prevalece en el lector la certeza de que la tesis de la novela es cierta:

«Pero el Mal no es una entidad, un demonio perverso y maléfico que busca cuerpos qué poseer y, con ellos como instrumento, hacer maldades, crímenes, asesinatos, programas económicos, fraudes, campos de concentración, guerras santas, leyes, juzgados, hornos crematorios, canales de televisión. No, el Mal es una relación, es una posición frente al otro. Es también una elección. El Mal es elegir el Mal. Elegir ser el Malo frente al otro. Convertirse, por elección propia, en verdugo. Convertir al otro en víctima» (p. 53)

Justificarse por haber optado por servir al Mal –«…el Mal es el sistema y los Malos son quienes están al servicio del sistema», se lee líneas arriba–, es la única y eterna tarea del Malo. Porque ser malo por decisión, a cambio de ejercer el poder –generalmente pírrico y pasajero como el inherente al de funciones públicas, sea del Estado o universitarios–; a cambio de un cargo de elección popular, o peor aún: para enriquecerse a costa de los subordinados, de los jodidos, de los de abajo, es la peor manera de negarse, de rechazar el trozo de Humanidad que les confirió el nacimiento.

Al leer Muertos incómodos uno llega a formularse la misma interrogante que se planteó Bukowsy «…todos esos hombres fueron niños una vez/ ¿qué les pasó?…». Y no hay más remedio que recordar el poema de Pacheco Antiguos compañeros se reúnen: «Ya somos todo aquello contra lo que luchamos a los veinte años»

chacha55@hotmail.com

http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/notas/2010/8/9/editoriales-190537.asp

Estancia Artística en Xochiojca, Zongolica, Veracruz, México

Reseña de la 8va Estancia Artística

Xochiojca, Zongolica, Veracruz, México

Abril 2010

Yesenia Muñoz.– A las 6 de la tarde de la tarde del domingo 4 de abril, llego el autobús que transportó a los participantes  de la 8va. Estancia Artística, talleristas e integrantes de la Compañía Intercultural de Artes Escénicas (CIARTES), cubiertos de polvo porque es tiempo de secas; ya las señoras  de la comunidad  esperaban con la cena lista, sabedoras de que algunos muchachos  salieron desde la madrugada de sus comunidades para venir a Xochiojca. El transporte aportado por Transportes Adelas, cooperativa que dirige el Sr. Mario Zepahua, y quien nos brindó el servicio tras la intervención de la Dirección General de Transito y Transporte del Estado.  

Después de una deliciosa y abundante cena, nos fuimos a instalar a la casa que la comunidad generosamente nos prestó, una casa nueva que fue construida para ser un centro de salud y que lleva mas de un año vacía porque las autoridades sanitarias del Estado de Veracruz no han proporcionado una clave para asignar personal médico y medicamentos. Algunos decidieron instalar su casa de campaña y dormir al aire libre, pues el clima cálido de Xochiojca invita a refrescarse.

La primera reunión de información se dio en la explanada del atrio de la iglesia de Santiago Apóstol de esta localidad, aquí Oscar Osbaldo Méndez, un joven que recientemente terminó su residencia profesional con Laboratorio Escénico, ubicó a los visitantes sobre el sitio en el que estamos: Xochiojca (lugar de la flores), comunidad por la que pasaba el camino real, donde se asentaban importantes haciendas cafetaleras hasta hace unos 100 años. En esta reunión de logística hicimos una presentación de cada no, pues si bien los integrantes de Laboratorio Escénico hemos trabajado con todo en sus comunidades, esta era nuestra primera vez juntos, se explicó a los participantes el programa de la estancia, y con  el cansancio opacado por la euforia, nos fuimos a dormir, ya tarde.

Día lunes 5, a las 8 am el desayuno, y a ¡despertar en movimiento! el taller que impartió Betania Benítez   y el primero de la capacitación para los integrantes de la CIARTES, “están rudos los ejercicios y mas vale no retrasarse”, eran comentarios que se escuchaban entre los jóvenes; el primer día una nube pasó por ahí, nos refrescó e hidrató los cuerpos en movimiento y con su brisa cálida, se despidió para dejar pasar los rayos del sol, justo cuando iniciaba la clase de danza que impartió Lukas Avendaño,  los siguientes 90 minutos de coordinación de entendimiento solo con el movimiento, la boca no juega, solo el movimiento del cuerpo, coordinación, ritmo, goce, son la premisas de este taller básico para la formación de los jóvenes actores.

Esta 8va Estancia Artística, tuvo un doble programa: a) por un lado la capacitación de los jóvenes integrantes de la CIARTES, que incluyo  como básicos y para todos, los talleres: despertar en movimiento, danza y teatro, este último impartido por Alberto Lara, que busca que el participante haga un viaje al interior de su organismo y llegue al conocimiento de lo más básico de si, desaprender lo aprendido hasta el momento para permitirnos volver a aprender, en un ciclo constante de llenarnos y vaciarnos, para volver a llenarnos, como un río que constantemente renueva sus aguas y por eso, es un manantial de agua pura y limpia. Este taller se realizó por las tardes de 3:30 a 6:00 pm.

A las seis de la tarde talleres opcionales: gestión de recursos, con Yesenia Muñoz, experimentación sonora, con Eloísa Diez y body paint, con Emmanuel Cruz, con la idea de ir formando en las áreas que intervienen en la creación de un espectáculo escénico. 

Y,  b)  por otro lado los talleres ofertados a los miembros de la comunidad: pintura con Emmanuel Cruz, radio con Eloísa Diez, creación literaria con Nati Rigonni, modelado en plastilina con Ronald Aguilar, modelado en barro con Santiago Ramírez, cuenta cuentos con Saulo Vásquez, estos talleres por la mañana con un modo muy especial de trabajo, todos los talleristas participan como monitores en todos los talleres, acompañando y apoyando al que lleva la dinámica del taller, generando un proceso de formación y compañerismo. Al terminar las actividades para la comunidad, los niños no se querían ir a sus casas, querían seguir pintando, escribiendo, contando cuentos, haciendo figuras en barro o en plastilina, realmente emotivo.

Martes 6, las actividades continúan de acuerdo al programa; las mujeres de la comunidad se organizaron en equipos para preparar los alimentos  durante la semana que estuvimos ahí, con amor y dedicación; los chicos de la CIARTES estaban fascinados, algunos decían que no extrañaban su casa, o que seguramente conocían a su abuela o mamá porque justo lo que nos daban de comer era su comida favorita. Unas cocinaban, otras aportaban materia prima. Cabe mencionar que el DIF Municipal aporto 9 despensas, pero la gran aportación es de la comunidad. Ya para el jueves Nacho Valencia, Presidente de la Unión de Transportistas de la Sierra de Zongolica, llego a Xochiojca con pollos rostizados y adobados, además de pollo vivo para la comida de los días restantes.

Miércoles 7, ante el calor que doraba paulatinamente nuestra piel, el cuerpo pedía líquidos y fruta; como al día siguiente llegaba el pago de oportunidades, la tiendas se surten de mercancía para abastecer a las mujeres que llegan también de otras comunidades a recibir los apoyos gubernamentales y en la tienda de Don Florentino Quiahua, Subagente Municipal, comenzaron a vender cocteles de fruta, todos desfilamos por ahí y degustamos melón, sandia y piña picada.

El día jueves 8, estaba destinado para subir a la montaña de Xochiojca, Don Pancho Méndez, el guía, nos había dicho que todo dependía del clima, “si el clima nos lo permite, podemos subir”…. suspenso…, el día amaneció nublado, pensamos que como anteriormente solo era una nube que por momentos se instalaba sobre nosotros para hidratarnos y que en breve seguiría su rumbo… mientras nos fuimos a desayunar, la gran mayoría quería subir a la montaña  el momento era incierto, tal parecía que la nube ese día decidía quedarse por más tiempo…. Después del desayuno vemos llegar a Don Pancho Méndez y a Osbaldo, con un pequeño morral y un machete, eso indicaba que el guía valoraba que podíamos subir. Nos reunimos todos a platicar con él y nos explico que los que se sintieran mal o inseguros era mejor que se quedaran, solo 4 chavas se quedaron, el resto comenzamos a subir, las señoras amablemente y como si fuéramos sus hijos, nos prepararon desde el día antes unos riquísimos tamales de frijol, agua en nuestras botellas y ¡a escalar la montaña de Xochiojca! La ruta comprendió la visita a una cueva en la que hace mucho tiempo encontraron figurillas de barro y restos humanos bajo una gran plancha de piedra, que ante el desconocimiento de la gente, fue saqueada por propios y extraños, nos cuenta Don Pancho. 

Tomando como base la batería de solo dos lámparas, dos grupos de 10 personas pudieron entrar a la cueva, ese mundo obscuro y misterioso que con el paso del tiempo va haciendo formas amorfas y diversas; a esas alturas la señora nube había decidido que se quedaría ahí, así que nuestro trayecto comprendía percibir al compañero de adelante y al de atrás, los demás, por momentos, se perdían entre la niebla, como un cuento de suspenso. El siguiente punto en el recorrido era un altar de piedra construido en la cima de la montaña de Xochiojca. Ahí con el canto de los árboles, de la hojas que se desprenden y ceden ante la fuerza del viento, y el agua condensada en la niebla, Elo nos pidió que durante unos minutos cerráramos los ojos y nos diéramos al sentido del oído (como ejercicio del taller de experimentación sonora), Don Pancho, nos explicó que en la guerra cristera, cuando había una prohibición gubernamental de oficiar las misas, se subía al punto más alto y en ese altar que desde antes ya estaba ahí, se oficiaba la misa, también nos cuenta que por la ubicación del pueblo, la comunidad fue refugio de los sacerdotes de la región. Claro que como constancia nos tomamos la foto grupal, con el frío soportable apenas por el calor generado ante el movimiento del cuerpo. Regresamos a Xochiojca por Cuapa, una comunidad vecina, y justo antes de llegar se soltó con más fuerza el agüita, que finalmente terminó por mojarnos.

En el camino mojados y con frío lo que más se nos antojaba era un café caliente con un pan… deseo concedido, cuando llegamos a la casa de Don Pancho, mientras pasamos a ver a un temazate que el día anterior le habían traído herido para curarlo, nos pusieron una mesa con jarras de café y té caliente, acompañado de pan.

Ese día las casas de campaña se mojaron, así que todos nos acomodamos dentro de la casa, vimos un documental sobre jornaleros agrícolas en campos intoxicados de sonora y una película que nos incita a despertar todos nuestros sentidos, más allá del de la vista.

Viernes  9, ese día hicimos el cierre de actividades en Xochiojca, a las 7 de la noche realizamos una exposición para la comunidad que resulto muy emotiva, todos agradeciendo a todos por la participación y aportaciones a la Estancia, agradecimos a las cocineras, a los jóvenes, a los señores, a los niños, a los talleristas, a todos. Un grupo de niñas y jóvenes bailaron una danza representativa de las labores del café, nombrándonos visitantes distinguidos mediante un collar de flores que nos fueron colocando a cada uno.

También se entregaron los dos regalos de la Estancia a la comunidad: un mural colectivo y una escultura en barro. Y después todos con el júbilo del encuentro, felices, nos pusimos a bailar.

Sábado  9, teníamos planeado ir a sembrar semillas y plantas que los chicos habían llevado desde sus comunidades, ante la lluvia que no cesó desde el día anterior, cancelamos esa actividad, así que ese mismo día realizamos el regreso a Xalapa y de ahí, el domingo el regreso a nuestras comunidades, los últimos viajaron el lunes por la mañana.

Agradecemos las aportaciones y participación de la comunidad de Xochiojca, a Oscar Osbaldo y su familia, de Don Jaime, a la maestra Angélica, a Doña Nacha, a toda la comunidad; a la Dirección de Tránsito y Transporte del Estado, a Transportes Adelas, al Profesor  Ignacio Valencia, al DIF Municipal de Zongolica, a los talleristas colaboradores de Laboratorio Escénico AC, a los Bachilleratos “Netzahualcóyotl” de San Miguel Tzinacapan  y “Renacimiento” de Santiago, Cuetzalan, Puebla, a la Universidad Veracruzana Intercultural-Totonacapan, al Departamento de Vinculación de la UV, a través de área de artes, por el apoyo a los integrantes de la CIARTES. Muchas gracias por sumarse a este programa de Desarrollo Cultural que abarca comunidades de los estados de Veracruz, Puebla y Tlaxcala.

Somos una Imagen del Futuro: La Revuelta Griega de Diciembre de 2008

A mediados de marzo de 2010, AK Press lanzó en EUA un libro sobre la insurrección ocurrida en Grecia en diciembre de 2008, después del asesinato de  joven de 15 años, Alexis Grigoropoulos, perpetrado por la policía. Lo cual se tradujo en posteriores y múltiples manifestaciones, con los correspondientes efectos en las represiones que se dieron en torno de las elecciones nacionales de octubre de 2009. Con varias fotos, casi cuarenta entrevistas inéditas de participantes y observadores que siguieron la revuelta, muchos textos traducidos, artículos y comunicados de gran cantidad de grupos, el libro Somos una imagen del futuro explora la historia de las luchas sociales griegas, en general, y el espacio anarquista, en particular; intentando dar respuesta interrogantes como ¿cuál es el papel de los anarquistas en todo esto?, ¿hasta que punto el Estado es capaz de llegar a la represión?, ¿qué obstáculos impiden que una insurrección termine en una revolución?, entre muchas otras. 

Los editores de este libro buscan simultáneamente documentar un momento importante en la historia de las luchas anarquistas, presentar al movimiento anarquista griego en un contexto histórico y promover la teoría y la estrategia anarquistas, la comprensión por parte de la sociedad, del Estado y la revolución global.

Somos una Imagen del Futuro incluye entrevistas con: 

• Anarquistas y anti-autoritarios de Atenas, Tesalónica, Patras y muchas otras ciudades e islas.

• Participantes en las ocupaciones de la Universidad Politécnica, de la Escuela de Economía de Atenas, de la Universidad de Derecho de Atenas, de la Confederación General de los Trabajadores Griegos, de las oficinas del Sindicato de los Editores de Periódicos, de la Escuela de Teatro en Tesalónica y del National Opera Hall de Atenas.

• Amigos de Alexis Grigoropoulos y estudiantes de la escuela secundaria de Exarchia. 

• El foto-periodista que fue despedido por sacar la foto de un policía cuando tomaba su arma, un día después del asesinato de Alexis. 

• Anarquistas que organizaron acciones de solidaridad en otros países.

Entre muchos otros.

“Este libro es precisamente lo que Dr. Anarquía pidió. Cómo transformar una insurrección en una revolución. La revuelta griega inspirará a una generación como la del París del 68”.

Ian Bone, guerrero clasista y autor de Bash the Rich

“Si protesto es porque digo discrepo, y resisto cuando digo que hago alguna cosa en relación a aquella, entonces insurrección es cuando todo el mundo está a bordo también. Y así fue en diciembre de 2008, cuando Grecia entró en llamas… Somos una imagen del Futuro es un retrato y la quintaesencia de la revolución en acción. La próxima insurrección global ha comenzado”.

Ramor Ryan, autor de Clandestines

“Lo que el levantamiento Zapatista de 1994 fue para el movimiento antiglobalización, la insurrección griega de 2008 vendría a ser para la muerte del capitalismo en sí”.

Colectivo de Ex-Trabajadores CrimethInc

“Esta deslumbrante colección no es un libro sobre la gran insurrección de 2008, es una pieza viva de eso que puede volverse en una parte de nosotros, y a través de nosotros, abre la perspectiva de un universo que de otra forma tal vez nunca hubiéramos imaginado posible. Los próximos historiadores pueden concluir que la Revolución finalmente comenzó en 2008”.

David Graeber, autor de Direct Action: An Ethnography

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