Zapata no era del PANAL

Babel

Zapata no era del PANAL

Javier Hernández Alpízar

Tuvo mucha razón Rius para hacer uno de sus muchos libros de monos, ése con el título «Quetzalcóatl no era del PRI», en la época en que López Portillo se creía casi la reencarnación de la Serpiente Emplumada y su hermana Margarita presidía sociedades de escritores y se apropiaba (como se supo cuando «generosamente» lo devolvió, el medallón que forma parte del retrato icónico de Sor Juana). Inspirados en esa necesaria labor de desfacer entuertos histórico- ideológicos, recibimos con beneplácito el cartelito diseñado para circular por Facebook donde un retrato de Emiliano Zapata toma en sus manos uno de los carteles electoreros de Quadri y su PANAL, pero lo adereza con la necesaria aclaración:  «¡Yo me deslindo de estas chingaderas!» Si Zapata viviera, en su cuenta de Facebook le pondría «Me gusta» y le daría «compartir» al cartelito.

Es apenas uno de los que lo harían, porque en los espots que el IFE le ha dado gratis a Quadri también incluye a Trotsky, a Gandhi, a Luther King y no sé a qué otros personajes históricos, de los cuales, si les preguntamos a él o a la profa Elba qué dijeron e hicieron seguramente no se acordarían de algún título de libro o de un autor que los documente…

Es obvio que el papel de Quadri es quitarle votos –de gente más confundida que él mismo– a López Obrador, así como en otros tiempos, cuando el Caudillo (no el de España, era otro, sino el Presidente casi por derecho de apellido) era Cárdenas, entonces nacieron partidos como el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional de siglas tan impronunciables que todo mundo le llamaba FERROCARRIL, liderado por un tal Talamontes, no Talamentes, no Talamantes, eso. Pero también hubo otro partido fundado por cuadros (no quadri) del salinismo (maoístas) que nació con ese mismo fin, el Partido del Trabajo. De manera que no nos extrañaría que algún día el PANAL terminara formando filas con otro ex priista que sea el nuevo Caudillo. México se pinta solo para esas cosas.

No obstante, por mera salud mental, como diría Monsiváis (a quien hay que criticar por ese mismo motivo profiláctico e higiénico) hay que aclarar las cosas: Quetzalcóatl no era del PRI; Zapata no era del PANAL; los hermanos Flores Magón no eran de MORENA; y el saqueo de iconos históricos por parte de campañas que se esfuerzan en superar su falta de sentido asaltando tumbas de los hombres ilustres no pasa de ser eso: marketing.

Quetzalcóatl, quien no toleraba los sacrificios humanos, no habría tolerado el sacrificio de toda una nación al Huitzilopochtli del neoliberalismo. Zapata, quien era un luchador social de a deveras, no hubiera tolerado a los señoritos que agarran campaña para no ganar, pero perder ganando en la burocracia de doña Elba. Los Flores Magón no habrían tolerado a un partido que nace casi con el exclusivo propósito de darles candidaturas a todos los tránsfugas del priismo.

Es decir, el marketing no es exclusivo del Copete de Televisa. Es una desgracia nacional, elecciones como en The Matrix, donde el control remoto está en manos ajenas. Pero esas aclaraciones como la mencionada de Zapata, se agradecen: Porque la desmemoria se alimenta del silencio y del olvido. Gracias a Zapata por el deslinde.

*** OSX:  Sea songs (Quirk march) de Ralph Vaughan Williams, Cuatro interludios marinos y Passacaglia Peter Grimes op 33 de Benjamin Britten, Oceanidades op 73 de Jean Sibelius y Suite on The Waterfront de Leonard Bernstein, es el programa que ofrece este viernes 8 de junio, a las 20:30 horas en la Sala Grande del Teatro del Estado la Orquesta Sinfónica de Xalapa bajo la batuta del director invitado James Paul.